HENRY BRADFORD SICARD | El Nuevo Siglo
Jueves, 9 de Enero de 2014

El futuro es el campo

Desde hace varios años hemos visto el gran crecimiento económico de los países asiáticos y la forma en la que la clase media de muchos de éstos ha aumentado sustancialmente, lo cual ha generado un incremento importante en la demanda de productos alimenticios y la búsqueda de mayor variedad y de mejor calidad de los mismos. Es por ello que para muchos gobiernos del mundo, éste crecimiento en la demanda de alimentos ha llevado a los estados a ver oportunidades para desarrollar el campo.

Es conocido que los chinos, por poner un ejemplo, han venido por estas latitudes con grandes inversiones para adquirir “tierras productivas” y así poder cultivar productos para suplir la gran demanda que tienen en su país; han comprado tierras en Brasil, Perú, Argentina y Colombia. Ellos han visto el potencial de Latinoamérica para convertirse en la despensa de productos agrícolas para el mercado asiático y están desarrollando grandes proyectos en éste sentido.

En el caso de Colombia, después de las protestas de hace algunos meses, se logró un  acuerdo entre el Gobierno y representantes de los campesinos, que consiste principalmente en la adopción de medidas gubernamentales para ayudar a los campesinos a que no se deteriore más su nivel de vida y a que, por el contrario, puedan desarrollar de mejor manera su actividad. Tenemos el potencial, el recurso humano y la tierra disponible para convertirnos en parte importante de la despensa del mundo, principalmente de los mercados orientales.

En la actualidad existen sembradas cerca de 4 millones de hectáreas de las 21 millones que dice el Ministerio de Agricultura que se pueden aprovechar productivamente en nuestro país. Para poder desarrollar mejor este gran potencial, es necesario que el Gobierno tenga políticas claras y decididas para inyectarle recursos financieros al agro, que junto con alianzas con el sector privado y educativo del país se traduzcan en el desarrollo de buenas prácticas de cultivos, lo cual a su vez, llevaría a aumentar el atractivo de este sector tan importante dentro de nuestra economía. Es cierto que el campo en Colombia presenta grandes niveles de pobreza e inequidad, pero puede convertirse en el futuro de nuestro país.

Con la firma de varios de los acuerdos comerciales con diferentes países o regiones del mundo, considero que el sector agropecuario presenta grandes posibilidades de crecimiento; el reto que tenemos los colombianos es incrementar la inversión en cultivos, buscar asistencia técnica e investigación para mejorar la productividad utilizando tecnología y buena gestión empresarial para hacer de nuestro campo un verdadero sector competitivo. Es necesario hacer un análisis de los productos que mayor eficiencia puedan tener, así como aquellos productos más demandados, para hacer un especial énfasis en ellos.

Las alianzas público-privadas serán de gran importancia para generar el impacto necesario y de esta manera mejorará el empleo así como la calidad de vida de las familias campesinas, disminuyendo sin duda alguna, la  informalidad actual del sector.

Soy un convencido de que el futuro de nuestro país pasa por el campo.