Luego de que Iván Márquez, Santrich, el paisa y otros guerrilleros salieran a decir que retomaran las armas y continuarán con la lucha armada, algunos colombianos han cuestionado el proceso de paz que el Estado colombiano ha adelantado con las Farc.
El expresidente Uribe propone que el acuerdo se baje de la Constitución y que se realicen cambios. En oposición, Rodrigo Londoño sale en defensa del acuerdo y señala que el 90% de los integrantes de esta guerrilla se mantienen comprometidos con el proceso de reinserción (98.6% para ser exactos).
Personalmente creo que el Estado no debe negociar con los criminales y debe garantizar la seguridad de los ciudadanos y cumplir con su deber bíblico de castigar al malvado y proteger al que hace lo bueno (Ver Romanos 13:1-5). Sin embargo, como ya se firmó un acuerdo creo que el Estado y la guerrilla deben continuar cumpliendo con los compromisos que se hicieron.
Démosle una mirada a algunas cifras: 13.023 reinsertados (Según ARN, Agencia para la Reincorporación y la Normalización), de los cuales el 75% ve con optimismo el proceso de paz con el gobierno; Se conoce el paradero del 90% de los reinsertados; ya se encuentran en ejecución 29 proyectos productivos de excombatientes de las Farc, 350 proyectos individuales y han nacido más de 450 empresas; y por otra parte, se estima entre 1800 y 2000 los miembros de las disidencias de las Farc.
Al ver estas cifras y contrastar 13.023 reinsertados que continúan en el proceso, versus 2000 miembros de la disidencia, se podría afirmar, a vuelo de pájaro, que la inversión, la polarización y demás dificultades han valido la pena pues se han logrado salvar muchas vidas, se han generado cambios importantes, y en el escenario de la seguridad en el país ya existe una amenaza menos en el mapa.
Empero, este no es el fin, aún hay un camino largo que recorrer y se requiere garantizar que estos 13.023 reinsertados se mantengan en el camino de la legalidad. Es necesario que el Estado le cumpla a los reinsertados y les garantice lo acordado para que estos no se vayan a conformar otros grupos armados.
A pesar, de las críticas que se le hacen al proceso de paz y los acuerdos y a pesar de mi desacuerdo, el proceso de paz con las Farc cuenta con cifras que lo respaldan y que hablan bien de un proceso que ha sido polémico y que ha polarizado al país.
No obstante, considero que no se debe seguir buscando negociar con la guerrilla del Eln, y muchos menos con la nueva guerrilla de las Farc y los demás Grupos Armados Organizados (GAO), sino que se debe fortalecer al Estado para que garantice la seguridad de los ciudadanos y derrote militarmente a los criminales. Paralelamente, el Estado debe invertir y hacer presencia social en los lugares más difíciles, como lo tiene proyectado hacer con las zonas futuro, para garantizar el desarrollo económico y oportunidades para los más necesitados.
@feliperangel81
*Politólogo Universidad del Rosario