GUILLERMO LEÓN ESCOBAR | El Nuevo Siglo
Martes, 4 de Febrero de 2014

El Caballo de Troya

 

“Los trashumantes, encargados de destruir los partidos tradicionales”

 

No es preciso repetir a nadie  lo de la leyenda del “Caballo de Troya” que es aquella que trata de un mal regalo que termina destruyendo a quien lo recibe. El asunto fue tan determinante que pasó a distintas lenguas, con referenciales siempre negativos,  y que por lo común advierte a los que reciben esos  “presentes” por el futuro que les espera. En la política de hoy es difícil reconocer lealtades. Quienes se auto adjudican liderazgos políticos esperan que  “los suyos” los acompañen hasta la tumba, no importa que  nunca se haya comunicado ni discutido acerca del presente y del porvenir de la política. El líder cambia de opinión de improviso y entonces hay que cambiar para no aparecer como desleales. Obedecen ellos al principio  religioso aplicado a la política del cuius regio eius religió,  es decir “yo pienso y decido por todos ustedes “. Se creía que eso se estaba superando, pero no es así. Es la diferencia entre quienes están ciertos de haber nacido como acreedores y los que desde el montón han de aceptar que nacieron como deudores. Aquellos piensan y estos obedecen.

Sin embargo algo ha cambiado. Hay líderes que son los mejores católicos, los mejores cristianos, los mejores musulmanes, en fin, que son óptimamente lo que se necesite porque para sobrevivir han de camuflarse. De ellos deberían aprender los verdaderos “camaleones” y se sabe que la flor preferida de ellos preferida es el “girasol”, porque se mueven hacia el sol que más alumbre. En efecto, son gentes que han pasado por todos los partidos. No pertenecían a ninguno, pero una vez probaron el poder fueron pasando por cada una de las alternativas, hasta que aprendieron el arte de acomodarse. Ayer fueron independientes, luego de la U, otros en Cambio Radical, ahora evangélicos o mejor cristianos y luego, o en cambio, liberales o conservadores. Y a todos les son leales y defienden porque esas agrupaciones fueron buenas mientras ellos estuvieron. “No son desleales, sino que tienen las lealtades dispersas”. Tienen mala memoria, pues padecen de “hemeroteca” ya que dicen hoy de otros, lo que otros dijeron de ellos ayer.

Son ellos  los “trashumantes”, los verdaderos  “Caballos de Troya” encargados de destruir los partidos tradicionales y bien valdría la pena averiguar, en verdad, desde cuando pertenecen al partido liberal o al partido conservador, que como han sido incapaces de generar desde su seno nuevos liderazgos han tenido que abrir puertas y legitimar a quien sea y adoptar el viejo pensar que afirmaba que “un traidor es una persona que dejó su partido para inscribirse en otro y un convertido es un traidor que abandonó su partido para inscribirse en el nuestro”.

Uno cierra los ojos y ruega por tener verdaderos candidatos que indiquen que hay vitalidad interna y que no ha sido necesario de “conversos” y menos aceptar abrir las puertas institucionales y aplaudir, en tanto  penetra el “Caballo de Troya” que dará al traste con nuestro dubitante futuro.

guilloescobar@yahoo.com