Guillermo Franco Camacho | El Nuevo Siglo
Sábado, 1 de Noviembre de 2014

Aganbegyan

 

Se da énfasis a la perestroika por el interés que despierta su autor Mijail Gorbachov, estadista destacado del siglo XX, pese a no tener éxito pleno su gestión gubernamental; se partió de su obra Perestroika. Nuevo pensamiento para mi país y el mundo (Editorial Oveja Negra, Bogotá, 1987) con comentarios de Eric J. Hobsbawm y Ronald E. Powaski. Se agregó el estudio del aporte de Abel Aganbegyan, en La Perestroika Económica. Una revolución en marcha (Grijalbo, Caracas, 1990) consistente en un examen del paso de la teoría a la práctica de la mencionada programación política y económica; el examen comienza con observaciones generales.

El texto de Aganbegyan puede ser el punto de partida para entender la evolución reciente de la historia económica de la Federación de Rusia al incluir indicaciones sobre las instituciones predecesoras, o sea, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la propuesta Perestroika-Glasnost  y el intento de transición. Es pertinente deducir la medida en que se llevó a cabo el esquema de Gorbachov que arroja dudas al observador extranjero, por ejemplo, ¿qué tan logrado fue el requisito esencial de la democracia? Tanto Gorbachov como Aganbegyan fueron conscientes de faltar mucho por hacer, el segundo confiaba en completar el proyecto durante la década de los noventa y los obstáculos eran enormes, complejos y se indican algunos: pasar de una economía comunista a otra socialista de mercado con este concepto totalmente desconocido, oposición de la burocracia incrustada inclusive en los niveles altos y decisorios del Estado, cambio de mentalidad de obediente a tomar decisiones, falta de preparación para la transición y tal parece que no se consultó a estadistas y economistas vinculados a los gobiernos socialistas de los países avanzados de Europa Occidental quienes habrían señalado hasta donde era factible avanzar acorde con la praxis.

No sorprende, en consecuencia, que el experimento no alcanzara éxito pleno: el esquema era muy ambicioso frente a la sociedad que debía reformarse, limitados los logros en 1991 y escaso el tiempo disponible; tuvo razón Powaski en su pesimismo, aunque se limitó a la política. Último aspecto: la alta opinión de Gorbachov sobre Lenin es discutible, según se deduce de Breve Historia de Rusia (Plaza & Janes, Barcelona, 1973) de Alan Earl. Ejemplo: el rechazo bolchevique al resultado desfavorable de las elecciones de 1917.