Gauck
Joachim Gauck, presidente de la República Federal de Alemania, pronunció una conferencia en la Universidad de los Andes en un foro sobre paz, reconciliación y memoria histórica. El Nuevo Siglo reprodujo el texto bajo el título “Reconciliación y cultura de la memoria en Alemania” (mayo 26),6 cuya lectura se recomienda por ser pertinente para el momento vivido en Colombia en torno de la consecución de paz y cese del conflicto interno armado. Además, se puede establecer conexión con facultades discrecionales en el Estado colombiano según se planteó, en esta columna, en “Divagar” (enero 27).
Gauck se refiere a dos situaciones de violencia en Alemania: a) la segunda Guerra Mundial y b) el dominio soviético en Alemania del Este finalizado con la caída del muro de Berlín. Le preocupa, en los períodos siguientes, la generación de justicia, víctimas, victimarios, memoria e investigación históricas, valoración periodística y la convivencia con sus requisitos de vigencia de la democracia, del Estado de Derecho y del monopolio de la fuerza por el Estado y, además de los rasgos institucionales citados, la existencia de la mentalidad que permita la verdad, justicia, reparación y no repetición. El problema incidió para sus padres en a) y su propia generación en b). El cambio de mentalidad, aunque lento, es posible.
Permita el lector la mención rápida a la desnazificación e integración a la sociedad de nazis de rango intermedio en un principio al sector privado y a empresas propias, sin descartar al Estado, que implicó la aparición de nuevas elites. Luego, en los 60 “Comenzó una intensa búsqueda de los culpables y la culpa nacional”. El concepto de “culpa nacional” es precedido por la penal juzgada por los tribunales, moral ante la conciencia personal, metafísica ante Dios y la más importante: la política. Además, se habla de corresponsabilidad colectiva.
Un factor esencial en el éxito alemán fue la identificación de los victimarios a lo cual contribuyó la “gran cantidad de archivos” dejados por los nazis y los comunistas. Esto ¿marca un contraste con el régimen colombiano de facultades discrecionales en que el óptimo parece consistir en no dejar huellas y motivó preguntarse, en “Divagar”, si existía parecido entre tal régimen y el similar en la Polonia comunista de Gomulka?. Gauck recomienda seguir el modelo sudafricano con justicia transicional.