Guerras de nunca acabar | El Nuevo Siglo
Viernes, 23 de Octubre de 2020

“La no violencia lleva a la más alta ética, lo cual es la meta de la evolución. Hasta que no cesemos de dañar a otros seres vivos, somos aún salvajes”

 

 

EL MUNDO en general, pero especialmente Colombia,  está viviendo episodios de guerras de nunca acabar, ya sea por miopía de los gobiernos, por terquedad, obsesión, politiquería, corrupción, pero principalmente, por no saber reconocer los derechos de los demás.

Mientras el ser humano no entienda y no quiera comprender que todos tienen los mismos derechos y libertades, los mismos deberes y obligaciones, las mismas libertades religiosas, y que hombres y mujeres están al mismo nivel, y que por encima de todo este enjambre de derechos deben prevalecer los de los niños, no habrá un mínimo de sosiego y tranquilidad en su espíritu.

Tendrán siempre una vida llena de tormentos y zozobras internas, nunca podrán admirar el sol y menos aún, la luz de la luna. No tendrá la calma y la posibilidad de disfrutar los senderos de la vida por estar siempre llenos de odios y perversas pasiones; sus miradas nunca tendrán la ternura de un ser amado.

Eso es lo que estamos viviendo y la herencia que estamos recibiendo de nuestros mal llamados líderes políticos, porque están siendo inferiores a su responsabilidad con el pueblo que los eligió.

Por eso digo con tristeza que los corazones de nuestra amada Colombia están siendo llenados de rencores y guerras de nunca acabar. Ya no hay campañas políticas con programas y proyectos, sino con miedos y odios.

No habrá paz mientras sigan los guerreristas prefiriendo las armas a la rama de olivo, por cierto eso de comprar armas y dotar ejércitos, mantenerlos y todos los demás negocios que se dan a través de la guerra, son en verdad más productivos  que hacer la paz .

Un claro ejemplo es la lucha contra los cultivos ilícitos, podremos programar una lucha por cincuenta años más, porque es una utopía combatirlos mientras el consumo aumenta vertiginosamente en  los Estados Unidos. Podremos seguir exportando colombianos, por miles, inclusive enfermos de covid 19,  tuberculosos, con cáncer y demás para mostrar efectividad, de la lucha contra las drogas,  pero el negocio continuara.

Los dictadores y gobiernos de extrema, izquierda o derecha, seguirán sus guerras contra la libertad de expresión, podrán asesinar, encarcelar y condenar periodistas pero no podrán impedir que la prensa publique las verdades.

Una guerra que de verdad deberían emprender los gobernantes de turno, es la guerra contra la pobreza. Pero parece que no les interesa, necesitan caldo de cultivos para sus propósitos y promesas electorales  y no crear  oportunidades de progreso.

Colombia es un gran país, que nos ha tocado por la gracia de Dios, pero no lo hemos sabido administrar. Cada vez que se aborda el tema de la inequidad, la desigualdad, la deuda social, encontramos decisiones que solo favorecen a los grandes banqueros e industriales.

Lo grave y triste es que  la distancia entre ricos y pobres aumenta vertiginosa y peligrosamente, creando una mayor brecha social.

lorenarubianof@gmail.com