Glosas a la barbarie (IX) | El Nuevo Siglo
Lunes, 23 de Noviembre de 2020

La única vida sexual que resulta tolerable es la que lleva la plenitud de los sentimientos colectivistas (…) La elección sexual debe responder a criterios de clase, debe ajustarse a los objetivos revolucionarios y proletarios (…) La clase tiene derecho a intervenir en la vida sexual de sus miembros (La revolución y la juventud, Folleto editado por el Instituto Comunista Yákov Svérdlov, 1924). 

 

 

EL libro negro de la nueva izquierda. Ideología de género o subversión cultural, de Nicolás Márquez y Agustín Laje, impugna el dogmatismo del progresismo ideológico y algunas de sus corrientes culturales más significativas. Aquí critico, con base en el texto aludido y en otros, tres formas de la barbarie que partiré, a su vez, en tres glosas: el feminismo marxista o de la segunda ola, el feminismo neomarxista o de la tercera ola, y la Teoría queer.

El feminismo de la segunda ola es una ideología que se informa de elementos marxistas y trotskistas, sustancialmente. Aunque su marco conceptual es imposible de compendiar en este artículo, explico algunos elementos de sus fuentes principales: El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, de F. Engels, y Escritos sobre la cuestión femenina, de León Trotsky.

Engels propone una visión antropológica sesgada, que inventa una relación entre la lucha de clases y la lucha de sexos, y que, además, apalea la familia como institución social, para resquebrajarla, desnaturalizarla y extinguirla. Escribe Engels: “El primer antagonismo de clases que apareció en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en la monogamia; y la primera opresión de clases, con la del sexo masculino por el femenino” (Ob. Cit., p.58). De nuevo, cito a Engels: “La liberación de la mujer exige, como condición primera, la reincorporación de todo el sexo femenino a la industria social, lo que a su vez requiere que se suprima la familia individual como unidad económica de la sociedad” (Ob. Cit., p. 66).

Trotsky, por su parte, anota lo siguiente: “… cambiar de raíz la situación de la mujer no será posible hasta que no cambien todas las condiciones de la vida social y doméstica” (Ob. Cit., p. 60). “Cambiar de raíz”, declaran Márquez y Laje, es un eufemismo que utiliza Trotsky para revivir la antropología atea de Feuerbach; ateísmo antropológico que inspiró a Marx y que este comentó en sus Tesis sobre Feuerbach. Acorde con lo anterior, se deduce que ateísmo antropológico y lucha de clases son marcos teóricos del feminismo de la segunda ola; ideología que fue relaborándose, radicalizándose e imponiéndose por medio de la institucionalización estatal soviética, al punto de “ideologizar la sexualidad y colectivizarla” (Márquez y Laje, Ob. Cit., p.65).

Por último y para consulta del lector, referencio otros textos que integran el suelo conceptual del feminismo de la segunda ola: Mis recuerdos de Lenin, de la marxista alemana Clara Zetkin; La educación y la instrucción, del político comunista Anatoli Vasílevich Lunacharski; El comunismo y la familia, de la comunista revolucionaria Aleksandra Mijaylovna Kollontay.

*Jurista y filósofo