Un escritor para mirar y admirar
Segio de la Pava, hijo de padres colombianos inmigrantes en los Estados Unidos, era hasta el miércoles un escritor mucho más reconocido por intelectuales de café y blogueros de autostop, que por los mandamás del mundo editorial. Trabaja como abogado de oficio en la Corte Penal de Manhattan, y unos lentes de marco negro y rectangular, le quitan a su edad, como 10 de sus 42 años.
Antenoche se anunció que De la Pava recibirá en octubre, en Nueva York, uno de los premios más importantes de la literatura anglosajona: El Pen.
El Pen American Center nació durante la I Guerra Mundial, como una comunidad de escritores encargada de velar por la seguridad de autores, poetas y periodistas norteamericanos.
Pen defiende la libertad de expresión, fomenta el trabajo intercultural, y les facilita a las obras literarias de nuevos autores, moverse como verdaderos vehículos de cultura, que revolucionen el pensamiento.
De la Pava recibirá el premio por A Naked Singularity, una novela de 700 páginas en inglés, que ante las negativas de las editoriales, él mismo decidió en el 2008 autoeditar y circular por la red.
Autoeditares un verbo extremadamente riesgoso; casi siempre se comete por persistencia, vanidad y/o generosidad, y en su caso, bien valió la pena. Él tuvo el valor de creer en sí mismo, y quienes le cerraron la puerta, hoy estarán dándose contra esos bultos de cemento mojado, torpe y severo, que tantas veces se interponen entre la creación y la miopía empresarial.
Dos entidades empezaron a seguirle la pista desde hace un par de años: en Colombia, la revista Arcadia; y en Estados Unidos, Chicago University Press. Arcadia lo intuyó con ese olfato literario que tienen quienes le apuestan más a la cultura que al lucro, le abren sus páginas al respeto por los escritores, y no le rinden pleitesía a la caja registradora. Bien por Arcadia; voces como la suya nos hacen más libres, más personas, más enamorados del insobornable poder de la palabra bien escrita.
Por su parte, Chicago University Press publicó en el 2012 la novela hoy ganadora, y publicará -octubre 2013- su segunda obra, Personae. No les fue fácil encontrar a De la Pava: currucutearon con ojo crítico y sensible, entre blogueros y tertulias literarias; en el mundo mágico de esas letras que denuncian, cuentan, redimen, liberan, desvelan, navegan, protestan, esgrimen, agonizan, resucitan… y nunca renuncian.
Espero con ilusión que llegue noviembre con A Naked Singularity traducida al español.
Respiren pero no se detengan: al libro no le faltan comas; él es así, vertiginoso. Y me seduce lo que he visto: sus dos protagonistas -un boxeador portorriqueño y un abogado que nunca pierde- son los pretextos que el autor utiliza para, según sus palabras “dejar una impresión de rapidez, rabia y pelea”; pone sobre el tapete toda la carga de falsedad e incoherencias que corroe la administración de justicia, y se pregunta cuándo dejarán los Estados Unidos, “su adicción a encarcelar a los pobres”.
“Una obra ambiciosa y críticamente importante”, dijo el Jurado.
Un libro que quiero leer. Un colombiano que quiero mirar y admirar.