GENERAL (R.) LUIS ERNESTO GILIBERT V. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 9 de Noviembre de 2011

Con fe en la causa

 

DEFINITIVAMENTE  debemos hacer un reconocimiento muy grande a nuestra Fuerza Pública de cara al éxito alcanzado con la baja de ‘Alfonso Cano’; podríamos decir sin temor a equivocarnos, que se trata del mayor logro alcanzado en los años de lucha contrainsurgente colombiana, fueron muchos calendarios en busca de ‘Manuel Marulanda’ sin lograr dar con su paradero, se cosecharon varios éxitos al capturar miembros de la organización y dar de baja en enfrentamientos armados otro número representativo de activistas guerrilleros, pero nunca se había conseguido propinar un golpe tan certero y representativo contra las Farc.
Registrar la victoria hoy es urgente, pues en la Fuerza Pública estos reconocimientos se reciben y pasan a ser parte del legado, sólo la historia contemplará en sus páginas el recuento de la operación, pero los hombres deben continuar la lucha, y el compromiso es muy grande, de manera que vivamos el momento, cantemos una oda a los héroes antes que el continuismo de la obligación y nuevos triunfos borren de nuestras memorias lo acontecido, incluyendo todos los aciertos que rodearon la acción.
La pregunta del millón: ¿qué sigue? Tenemos al menos cinco subversivos en posibilidades de asumir el mando de las Farc, recordemos que el poder no soporta espacios de ausencia, de manera que alguien tomará la dirección de las operaciones y se mostrará muy duro para posicionarse ante sus hombres; sabemos las dificultades que viven estas organizaciones criminales en cuanto a unidad de mando y comunicaciones, pero también entendemos la dimensión de los recursos económicos que los soportan. Sin pasar por conocedor del tema, podría vaticinar un período duro de lucha guerrillera, para el cual la Fuerza Pública está preparada, pero no el ciudadano de bien, lo que demanda un compromiso urgente por parte de la población, direccionado a apoyar la Inteligencia y cerrar el paso al interés subversivo de reorganizarse, acuerdo soportado en capacitación que debe ser brindada con premura por los mandos militares y policivos, que prevalecidos en la cercanía del conglomerado diseñarán herramientas que habiliten al ciudadano y faciliten la recolección de información. No olvidemos que estamos ante una empresa criminal de la cual derivan su sustento, tanto jefes guerrilleros como las familias, con posibilidades de estudio y vida holgada en el exterior, gabelas a las que no deben tener las mínimas intenciones de renunciar por obvias razones.
Vivimos un momento ejemplar en Bogotá y sería de suma importancia que los jefes guerrilleros tomaran conciencia de la oportunidad aprovechada por Gustavo Petro al convertirse en el Alcalde Mayor de la capital. Hecho que demuestra a las claras la existencia de posibilidades políticas futuras, para aquellas personas vinculadas al conflicto interno interesadas en adelantar conversaciones de paz con el Gobierno.