Sigo con narcotráfico en la mesa
En nota anterior me referí al narcotráfico por ser tema debatido en el momento y aporté algunos conceptos sobre el asunto, sin embargo, han surgido criterios, compartidos unos, otros no tanto que me invitan a tocar aspectos merecedores de atención y claridad.
Seguramente no tengo todo el conocimiento, pero me aventuro a dar algunas opiniones y participar vivencias que pueden servir para futuras estrategias, todo sin desconocer las experiencias de la fuerza pública que en últimas es la llamada a direccionar este tipo de lides. Existe una percepción dirigida a aceptar la desaparición de los grandes carteles y capos, soportándose en el desmantelamiento del cartel de Medellín, la caída del cartel de Cali, el resquebrajamiento estructural en el del Valle y así, otros grupos que han desaparecido por acción de la fuerza pública, pero hemos olvidando lo prolijo y llamativo del negocio, situación impulsora para inspirar nuevas organizaciones y frescos dirigentes, erigidos con el tiempo en capos de futuros carteles, que de no intervenirse a tiempo retomarán el control del negocio convirtiéndose en enemigos del país; soporto mi punto, en el número de cabezas sustitutas capturadas, y eliminadas desde el cartel de Medellín hasta nuestros días.
Pero bien remitámonos a la mesa, importante entender que el narcotráfico cuenta con una estructura sustentada en cultivos, laboratorios y rutas, la gran aspiración del país es el desmonte de cultivos, desmantelamiento de laboratorios y entrega de rutas, a más del desligue total por parte de las Farc de la empresa comercializadora de estupefacientes en todo nivel, algo que de lograrse sería el primer paso para erradicar ese flagelo del suelo patrio. El tema no es fácil, ya lo manifestamos; por escaso espacio hoy concretémonos en los cultivos, donde figuran como parte determinante, primero, los lotes, su estratégica ubicación, muy escondidos y retirados de las concentraciones vecinales, que deben contar con rutas de llegada como ríos, trochas y caminos, difíciles de recorrer sin un guía experto en la región; algunos terrenos son objeto de invasión, otros colonizados o negociados a campesinos dedicados al desmonte y tala de sectores montañosos para adecuarlos a la agricultura, segundo, la semilla proporcionada por los dueños del cultivo, cuya entrega se hace una vez adecuada la tierra y montado el cambuche destinado para habitación, tercero, agricultores, campesinos de la región contratados a trabajar en el lote, bien pagos, los hay de otras regiones traídos con engaños o deslumbrados por las ganancias prometidas, sobra decir que la familia de estos cultivadores en muchas oportunidades vive en el lugar y son objeto de protección por parte de los patrones. Estos cultivos disparan la economía de las regiones, obligando a que los futuros programas de sustitución sean atractivos para los campesinos y las comunidades.