La Voz de Colombia
La semana pasada fue muy dura para el país, el discurso de Iván Márquez, que dejo pensativos a muchos colombianos, los problemas de orden público con su cuota de sangre y otras situaciones golpeando la tranquilidad y esperanzas del pueblo colombiano hicieron penoso este período; por lo anterior, me remitiré a un tema agradable, de moda y bastante entretenido, el concurso de La Voz Colombia.
Como soy musicómano, no músico, no puedo conceptuar sobre el asunto con la solvencia deseada, pero me di a la tarea de hablar con una serie de maestros y amigos sobre el programa-concurso, porque de entrada me pareció algo exitoso, distraído y ameno, empezando por el grupo de entrenadores estructurado con personas amables, comprensible y de mucho calor humano, todos son músicos consagrados, conocedores y estudiosos del tema, artistas reconocidos que precedidos de fama, vasta popularidad y cariño público, se despojaron de los laureles y entraron en escena como orientadores de sueños ajenos, permitiendo a los concursantes desplegar su talento ante ellos, los televidentes y el publico asistente; no sabemos las estrategia del concurso, no conocemos su dinámica futura, ha generado expectativa pero lo hasta el momento vivido es sobresaliente, agradable, y melodioso. Retomando los entrenadores, a más de proyectar profundo respeto por sus pares, mantienen unas relaciones de amistad y cordialidad centrado en un ambiente jocoso y alegre, son calurosos con los concursantes animando al perdedor a continuar y han demostrado sabiduría al orientar el publico logrando la aceptación de decisiones difíciles y controvertidas, manteniendo en todo momento un alto grado de respeto y admiración hacia cada uno de los concursantes, quiere decir que son personas profesionales y responsables de la misión que deben cumplir.
Hablemos de los concursantes que a la par de sus consejeros son talentosos y vienen amparados de buen nivel musical; se trata de personas con capacidad, tal vez sin oportunidades pero estudiosos del arte, concursantes que dan lo mejor de sí en cada actuación, haciendo por lo tanto las delicias de los televidentes que comparten con ellos triunfos y derrotas a más de lágrimas, y qué decir del acompañamiento musical, soportado en profesionales a quienes poco se aplaude por estar en el trasfondo del concurso, pero me dicen mis asesores, son el soporte de éxito pues no tiene derecho al mínimo error. En cuanto al escenario está concebido con estudiado cálculo; sabemos que el formato del programa es externo pero creo lo han ajustado a nuestro medio con sabiduría y compromiso. Los conductores del programa son agradables, comprensibles e imparciales, se identifican y manejan los parientes con cariño dando buena dosis de ánimo o grandeza ante victorias y derrotas de su familiar. Indudablemente este espacio llegó a nuestros hogares en un momento oportuno.