Chávez y nuestro proceso de paz
Todo plazo se cumple y esta semana se inicia el proceso de paz, que soñamos nos conduzca al final del conflicto vivido por años en nuestro país, lo cual no quiere decir que terminaron totalmente los problemas arrastrados por esta situación, nos quedara el pos-conflicto, pero cada momento tiene su afán y este lo encararemos a su tiempo.
Con motivo de las elecciones presidenciales en el vecino país, no faltaron voces curiosas sobre la incertidumbre del rumbo que podría tomar el proceso de paz en Colombia, dependiendo de los resultados. Sin la mínima pretensión, me aventuro a exponer algunos conceptos relativos al tema, esperando ser afortunado en mis percepciones y sometiéndome a la consideración de mis respetados amigos; lo primero sería decir que la disposición y decisión de emprender una negociación es enteramente del Gobierno colombiano, de manera que independiente de los resultados electorales en Venezuela, el proceso de paz iniciado durante meses anteriores no es permeable por justas presidenciales vecinas, reconocemos de primera mano los buenos oficios adelantados por el presidente Hugo Chávez, en favor de las conversaciones del Gobierno colombiano con la guerrilla y entendemos que el Presidente se ha convertido en buen acompañamiento para las negociaciones, sin embargo, es importante aclarar que su postura no es concluyente ni rotunda ante los fines propuestos, no obstante sus conceptos tengan audiencia en algunos sectores de armados ilegales. Que a Venezuela como a otros vecinos les interese el devenir del proceso no es de extrañarnos, pues lograr concretar la paz sustentada en acertadas y prudentes negociaciones, no solo es conveniente para nuestro país sino para toda la región, y debemos admitir que los países limítrofe se han visto perjudicados con esta situación desde todo punto de vista, mencionemos el comercio, el turismo y el mismo intercambio cultural afectado por ese desequilibrio generado desde los suelos colombianos.
Una muestra palpable la tenemos en las márgenes fronterizas, recordemos la problemática en estas franjas compuestas por poblaciones de perfil en su mayoría urbano, lugares donde se borran los hitos físicos, familiares y patrios, urbes con ciudadanos enraizados en dos países, soportados por convivencia tradicional y curiosa que desafía la lógica, sustentada más en costumbres que en ley, por lo tanto es difícil pensar que estos sectores no se perjudiquen con alguna alteración del orden público en cualquiera de las naciones; no me puedo extender sobre esta problemática pero bástenos saber que la paz colombiana es rocío para todo el sector. El narcotráfico es otro factor regionalmente muy importante y urgente de extirpar pues es enemigo acérrimo de la paz, que florece y se afianza con el enfrentamiento, tema afortunadamente de primer orden en las negociaciones. Resumamos Chávez sin ser determinante es buen aliado.