“Una secta que se considera dueña de todo”
BLANCO Y NEGRO
Nuestro gobierno
DE un 7 de agosto para acá, se ha creado una especie de secta que se considera dueña de todo, creadora de todo, ideóloga de todo, constructora de todo, redentora de todo, juzgadora de todo, propietaria de todo, es decir, la única que ha permitido que este país exista y haya logrado sobrevivir. Y no tiene empeño en pregonar que todo se hizo durante “nuestro gobierno”. Primero creó los cielos y la Tierra, luego dijo: hágase la luz y la luz fue hecha… y así fue dotándonos de todo lo que nunca había existido.
Durante “nuestro gobierno”, no hubo violencia, las Fuerzas Militares no estaban desmoralizadas, las elecciones eran limpias, los contratos impecables, las licitaciones transparentes, la zonas francas legales, la legislación especial para los paras, y tantas y tantas cosas más durante esos interminables años.
Ese grupo que durante “nuestro gobierno” lo hizo todo, ve ahora con “mucha tristeza”, cómo el país se acaba, sucumbe, claudica y regresa a las tinieblas. Vamos a completar cinco años de parálisis, de estancamiento, porque quien sucedió al Mesías ¡se rebeló! no fue su lacayo, su títere, no siguió los lineamientos obligatorios, forzosos e imprescindibles que le querían imponer. “Nuestro gobierno” desconoce que en Colombia el elegido puede llegar con ideas propias y con gente mucho más capaz.
“Nuestro gobierno”, no quiere que lleguemos a una paz negociada, aunque ahora acepta que revivamos las colonias penales de los años 20 y 30 para llevar allí a los guerrilleros, que firmen y se desmovilicen, a cumplir en ellas las penas de prisión tradicionales. Quieren que volvamos a La Vorágine y a los territorios de Araracuara, de Oriente y Acacías.
“Nuestro gobierno” olvida las entregas, generosas y melifluas a los paramilitares, las torceduras de las legislaciones y demás ofrendas que hoy tienen a los cabecillas en libertad o ad portas de ella, sin entregar nada, sin reparar nada, sin compromiso alguno.
Por fortuna, las Farc, vuelven a prometer un cese el fuego a partir del 20 de julio, pero por un simple mes, por infelices 30 días. Esos actos son los que desesperan a una opinión pública manejada por “nuestro gobierno”.
Lo sensato es acelerar las negociaciones y declarar el cese definitivo de esta guerra, aunque a “nuestro gobierno”, no le guste.
Blanco. Por fin el Procurador presiente que revocarán su mandato.
Negro. Trump y José Obdulio, verdugos de las mujeres.