El triste Uribe
Quienes esperaban un fogoso, pasional y volcánico personaje se llevaron un palmo de narices, al asistir a una sesión diametralmente opuesta en la televisión hispana de Estados Unidos, en la cual el actor principal lució taciturno, triste y carente de la usual dosis de tigre recargado. Para algunos faltó entrevistador porque, Bayly que posó como tal, fue una especie de opinador de preguntas que ni él mismo hizo.
Noches antes, Pacho Santos había corrido igual azar o devaneo en la tribuna de Bayly, y con su lengua fácil de “jalar”, se fue lanza en ristre contra su primo y contra todo lo que huela a la Colombia de hoy.
Se esperaba que la campaña presidencial del 14 se iniciara en Estados Unidos, con la aparición del expresidente Uribe en ese mismo escenario y que toda la carga de profundidad de sus twitter se exhibiera con ímpetu en el espacio de Bayly. No fue así, los televidentes encontraron otro Uribe: un hombre reposado, taciturno, reservado y como tristón, que solo sonrió cuando habló de su nieto y sus caballos, de quienes dijo, o así lo dio a entender, son los únicos que lo quieren.
Para él, el país no está tan mal, pero no por acción de Santos, sino por la inercia que aún mantiene el impulso que sus 8 años le dieron. Reconoció que no pudo dejar un país seguro y dijo que hay temores de que la cosa se agrave. Calificó de mediocre el camino que sigue Santos.
Se autocalificó como el último de los demócratas del continente, y se dolió de que los líderes de estas lides, con Santos a la cabeza, no defiendan los valores democráticos y guarden silencio frente a los gobiernos, Maduro, Correa y demás.
Votó por Santos y luchó por él, más que cuando defendía sus propias candidaturas. Para él estamos ante un gobierno derrochón y de rumbo incierto. A Pacho, prácticamente le quitó la tarima, aunque le expresó aprecio y gratitud, pero derramó elogios y alabanzas a Zuluaga y a Carlos Holmes. Por falta de entrevistador, la opinión se quedó sin saber cómo se logró la reelección, cómo reinaron la corrupción, las chuzadas y tantas cosas más. Parece que hubo una segunda parte que Uribe aprovechó para dejar su tristeza y calificar a Santos de hipócrita.
Blanco. Fabio Villegas, “el pereirano todo terreno” de Óscar Domínguez.
Negro. Las débiles pruebas contra Bernardo Moreno, mientras culpables están libres.