GABRIEL ORTIZ | El Nuevo Siglo
Viernes, 3 de Mayo de 2013

Bogotanos indefensos

 

Son muchos los dineros que se dilapidan durante las campañas políticas en Colombia, muchas las cuñas radiales que aturden a los ciudadanos, los foros que se arman y las toneladas de papel con que contaminan paredes, postes de servicios y vías públicas, amén de los pasacalles que luego tienen que descolgar los bomberos. Con todo eso los candidatos suplen la carencia de ideas.

Así nos ofrecen los “mejores ejemplares”, para supuestamente “defender” una sociedad a la que a la vez saquean los bolsillos, porque se “necesitan tributos para adelantar” la cosa pública. Son lapsos durante los cuales aparecen candidatos, conocidos y desconocidos, que derrochan simpatía, camaradería, melosidad, convivencia, afabilidad, “honestidad”, “transparencia” y en general imágenes falsamente bruñidas.

Desde el mismo momento en que la Registraduría les otorga la credencial empiezan su faena, no propiamente en favor de los electores que se tragaron sus cuentos. En sus ojos solo se aprecia el signo $$$ y en sus mentes el aprovechamiento de los “beneficios que otorga el servicio público”.

El mejor ejemplo del camaleón en que se convierten los candidatos, ya elegidos, nos lo ofrece, hoy, el Distrito Capital. Hay una administración en busca de popularidad que pretende eliminar un impuesto de valorización que un Concejo dejó amañadamente ordenado hace 8 años, para obras inocuas, superfluas.

El castigo para los bolsillos de los electores y sus familias está latente y los actuales ungidos “representantes de la ciudadanía”, no estudian, no analizan y desconocen las consecuencias del golpe. Su único objetivo es recuperar -mediante cualquier carrusel o corruptela- lo que invirtieron en la campaña.

Ni ejecutivo, ni legislativo distritales, tienen argumentos, ni autoridad moral para evacuar una medida que debe escudriñarse a fondo y, en este tira y afloje, irresponsablemente solo buscan escapar al escrutinio de sus electores, sin que les importe lo que pueda ocurrir a millones de familias que habitan esta capital. Tampoco explican cómo se recuperarán las millonadas que han robado las administraciones anteriores, con sus respectivos concejos.

Por ahora, ¡a pagar! o a esperar el remate de los bienes, cosa que no le ha sucedido a los carruselistas.

Blanco. ‘La Chiva’ Cortés, con ese gran humor, nos está ahora observando desde ese lugar en el cual nos lo encontraremos para seguir el diálogo que interrumpimos. Paz en su tumba.

Negro. El descarado robo electrónico en Venezuela

gabrielortiz10@hotmail.com