Un cadáver huérfano
Lo más inquietante de los acontecimientos recientes en el Caso Colmenares es que ya uno no sabe a quién creerle. La fatídica salida en falso de los caricaturescos testigos que esgrimió la Fiscalía los hizo pasar de ser la prueba reina a convertirse en una patada al tablero que invirtió las cargas. Lombana, Montealegre, Granados e Iguarán están ante un nuevo juego, donde ambos bandos son ahora víctimas en este proceso.
La pantomima de los testigos estrella, que cada tanto desfilaban como primicia de Séptimo Día, fue una carta contraproducente que la Fiscalía se jugó, una decisión con la cual minó lo que quedaba de confianza tras el disparate que padeció Sigifredo López. No era necesario ser un especialista en técnicas de interrogatorio para ver cómo los testimonios al aire carecían de ilación lógica y sólo enturbiaban las aguas del relato. En su lugar soltaron al ruedo tres hombres que más emulaban autómatas sin alma que espectadores de un delito.
Una estocada crasamente infortunada porque los afanes contrariados de quienes llevaban la investigación contaminaron la verdad. Ahora quieren comenzar desde cero y alargar el suplicio de todos los implicados, tratando de reparar lo que ya nunca volverá a ser igual. La victoria de la familia Colmenares no tendrá el mismo sabor si se llegara a dar, pues en el tortuoso camino hasta la sentencia final se cometió un atropello grave contra los acusados, quienes, culpables o no, también tienen derecho a una honra que la Fiscalía pisoteó con Ayola y los dos Martínez.
Siempre he tenido la certeza de que este crimen quedará en la impunidad por la improvisación y el trato de reality que se le ha dado, ahora con la vorágine jurídica de estos días doblo la apuesta. Es doloroso porque sea quien sea el infame patrocinador que pagó, pues es obvio que nadie sale a declarar lo que no ha visto sin una buena motivación, a estos tres hombres de paja para que dijeran lo que todos queríamos oír, terminó por tender mantos de duda sobre lo poco que se sabía. Ahora todo vale, venga del lado del estrado que venga.
La Fiscalíaestá segura de que se trató de un homicidio, y creo que todos también, pero delató a viva voz que no tiene elementos suficientes para probarlo. Tristemente, el Caso Colmenares se desmorona día a día, cada nuevo auto lo deja malherido y agonizante, así en cuestión de meses la historia oficial dirá que un joven rompió todas las leyes de la física para suicidarse en el parque el Virrey. Tendremos entonces un cadáver huérfano, un asesino suelto y un crimen perfecto.
Obicter Dictum.La más reciente encuesta revelada por La W, donde se ve a un Uribe fortalecido frente a un Santos que se desploma ante la opinión pública y la intención de voto, no deja de ser un fenómeno electoral supremamente interesante como campanazo de alarma para el Presidente. De seguir así la tendencia estaremos ante un teflón que en las urnas al Congreso doblegaría a las locomotoras.
@FuadChacon