Francisco

Sábado, 1 de Diciembre de 2018

El Papa Francisco sorprendió, a la comunidad nacional e  internacional, al condenar los chismes en términos categóricos citados a continuación, según El Nuevo Siglo: “matan y quien los dice es un terrorista” y “como un cuchillo”, “destruye la buena fama de los demás” y, él o ella, “se va tranquilo”; se afecta negativamente  la buena fama del prójimo; profundizó en grado tal que debiera conmover a los católicos y cristianos practicantes: el chisme constituye una desviación, una contradicción, del octavo mandamiento del decálogo o Ley de Dios: “No mentir” y “No decir falsos testimonios y mentiras” y convendrá el lector la  coincidencia con expresiones legales.

Una fuente indicativa del entendimiento personal del chisme se expone en Magnus. Diccionario Ilustrado de la Lengua Castellana (Editorial Sopena, Buenos Aires, 1947) dado por el rector del Externado Nacional Camilo Torres, a quien escribe, por su “buena conducta”, lo cual excluye el rendimiento en las matemáticas: “Hablilla, cuento en descrédito de alguien”.

Siempre se pensó en una finalidad malévola detrás y últimamente se ha escuchado que el propósito puede ser pasar el rato, distraerse, divertirse, lo cual puede referirse a la forma pero persiste el fondo, o sea, la finalidad siniestra. Se ha planteado, en esta columna, que las “chivas” tan determinantes en las décadas de  1960 y 1970 del siglo XX, en nuestro medio, son parte de los chismes en especial mientras más se acerquen a lo espectacular y se alejen del método científico.

Sorpresa mayúscula fue encontrar que destacados periodistas contemporáneos o para nada se refieren a las “chivas” o lo hacen en pocas palabras (no en líneas o páginas) y se cita a Alejandra de Vengoechea; Daniel Samper Pizano; Daniel Coronell; María Isabel Rueda; Roberto Pombo y Juan Esteban Constaín; Yamid Amat y analistas como Otto Morales Benítez y Gabriel Fonnegra. Corolario: es indispensable conocer el proceso social e intelectual por el cual se llegó a tal resultado. Recomendación: los textos relativos a la historia del periodismo colombiano deben incluir el análisis profundo de las “chivas” para resolver una omisión injustificada. Se procedió a verificar en internet y se confirmó lo anterior mediante observación desfavorable a las “chivas”, de parte de Germán Castro Caicedo, Gabriel García Márquez y Luis López de Mesa; el último fue un destacado intelectual y hombre público de mediados del siglo pasado. Sugerencia: adelantar investigaciones interdisciplinarias exhaustivas sobre los “chismes” y las “chivas” con psicólogos, sociólogos, antropólogos, periodistas y políticos. Complace la gestión adelantada por el Santo Padre: útil, necesaria, conveniente; sin embargo, se duda de su efecto correctivo dado el carácter institucional de los chismes en Colombia.