BITÁCORA DE LA COTIDIANIDAD
Palomino y la mujer del César
“La policía es el reflejo del buen gobierno”
Nada tiene que ver el titulo con el ex presidente Gaviria. Solo se trata de que el público comenta que la regla elemental de derecho, según la cual “donde existe la misma razón, existe el mismo derecho”, resumida el aforismo: “Ubi eaden ratio, ibi idem ius” se ha violado. Considera el vulgo que la censura que sufrió el Defensor del Pueblo no coincide con el respaldo que ha recibido el Director de la Policía, no obstante la denuncia formulada por el teniente coronel Reinaldo Alfonso Gómez, afirmando que en el pasado fue víctima de acoso sexual por parte de su superior.
La acusación despertó la atención nacional y la publicidad apestosa del escándalo no se hizo esperar, dando lugar a que el Gobierno integrara una comisión de notables que se encargará de dilucidar este tema y otros surgidos con ocasión del extraordinario acontecimiento. En desarrollo del suceso apareció la periodista Vicky Dávila involucrada, pues dice la conocida comunicadora que a raíz de la publicidad que le dio a la queja del coronel Gómez ha sido víctima de persecuciones policiales.
Independientemente de la verdad del asunto, y evocando la sentencia dictada a Pompeya: “la mujer del César no solamente debe ser honesta sino que debe parecerlo”, entre la opinión del público se hacen muchas conjeturas por el espaldarazo que el general Palomino ha recibido de sus superiores.
Lo cierto es que entre la oficialidad y la tropa, el Director de la Policía perdió la imagen que con tanto cuidado y dedicación obtuvo desde cuando era Director de la Policía de Carreteras, cualidad telegénica que supo capitalizar entre el público.
¿Por qué razón -se pregunta la gente del común y además sus subalternos- nada ha ocurrido y antes que su llamado a calificar servicios o su renuncia, por el contrario, se han removido otros oficiales que siguiendo la tradición de la carrera estaban en la lista de ascensos? Este lapsus ha puesto en riesgo el principio de autoridad.
Todo parece indicar que la situación tiene que ver con lo que ha de suceder una vez se firmen los acuerdos de paz. Se intuye, políticamente, que el proyectado Ministerio de Seguridad contendrá a la fuerza de Policía, divorciándola del Ministerio de Defensa y el jefe de esa nueva cartera será un civil o , posiblemente, un general en retiro. A este respecto hay que advertir que la fuerza de policía tiene dos líderes que la dividen: los generales en retiro Rosso José Serrano y Oscar Naranjo. Por eso, el Presidente prefirió darle “una paloma” al actual director, mientras se llega a esa reforma trascendental y no hacer movimientos temporales que podrían alimentar frustraciones entre los oficiales.
En todo caso, lo cierto es que al interior de la institución se ha suscitado un ambiente que la perjudica ante la opinión pública, pues no se puede olvidar que la policía es el reflejo del buen gobierno.