BITÁCORA DE LA COTIDIANIDAD
La defensa del defensor
“Otálora y Cristancho, romance sin definir disciplinariamente”
La causa de la muerte de Ángela María “Geli” Raudal, joven sobrina amante del führer, permanece en duda (18-9-1931). Históricamente se expuso la tesis del suicidio, corolario del acoso sexual de su tío. Sin embargo, otros cronistas sostienen que fue un feminicidio por celos. El analista Federico Rollani Passos concluye que la “incestuosa” relación, alimentada por el afrodisíaco del poder, provocó un conflicto afectivo traumático y a la joven no le quedo más alternativa que la venganza y escogió el desquite del escándalo, suponiendo que así vencería al tótem, su contrincante amoroso. Hitler confesó que fue a la única mujer que amó en su vida. Resumiendo, la confusión de sentimientos lo sedujo irredimiblemente y por ello, se observa, escogió a Eva Braun como compañera, básicamente, por el gran parecido entre las dos. La iconografía lo demuestra.
Para Rollani Passos, el poder, antropológicamente, seduce a las mujeres y por esa atracción apelan ellas a sus recursos para “cazar” al hombre de sus sueños, fijación paternal, pasión que nunca logran satisfacer por el contenido pecaminoso de sus fantasías. Aquí hay que distinguir el acoso sexual y entender el complejo misógino de Schonpenhauer
Extraña patología que rara vez se descubre; uno de los acicates de esta aberración es, inconscientemente, la subordinación y la clandestinidad encubridora. En el caso de Eva Braun, el führer muy pocas veces hizo públicos sus amoríos con ella a pesar de su apego enfermizo. Ambos disfrutaron ese concubinato “secreto”.
¿Cómo prevenir esas contaminaciones es la pregunta que el diagnóstico plantea? Lo primero que se advierte es que en cada uno de los integrantes del binomio, por diversas causas, hay una predisposición. Esa propensión se puede corregir con una sólida concepción ética de las relaciones sico-sexuales, calidad que se adquiere en los primeros años de educación.
En el ejercicio de posiciones jerarquizadas, frecuentes en el campo laboral, suelen surgir este tipo de atracciones patológicas. La lucha inconsciente de poderes estimula la simpatía libidinosa; las parejas compiten utilizando el arma oculta que genéricamente los diferencia y, naturalmente, el combate los atrae. Para evitar estos aprietos lo propio es aplicar la regla ética vulgar que aconseja “no meterlo en la nómina” o no aprovechar las desventajas para subyugar.
Los chismes históricos narran episodios famosos : Abraham y Agar; Napoleón y Maria Walewska; Rafael Núñez y Soledad Román; John Dennis Profumo y Christine Keeler ; Jorge Tadeo Lozano y Magdalena Ortega de Nariño; Bill Clinton y Mónica Lewinsky; Miguel Ángel Bermúdez y María del Pilar Flórez y, para abreviar la lista. El “affaire” de Armando Otálora y su secreta secretaria, la ex reina Astrid Helena Cristancho, romance sin definir disciplinariamente, no obstante la morbosa publicidad y socialización de esa guerra “penica”.
Para interpretar estos casos hay que partir de la personalidad de sus actores, exigencia que por discreción y la brevedad de este escrito no se puede satisfacer a plenitud.