Fernando Navas Talero | El Nuevo Siglo
Miércoles, 3 de Febrero de 2016

BITÁCORA DE LA COTIDIANIDAD

La defensa del defensor

“Otálora y Cristancho, romance sin definir disciplinariamente”

 

La causa de la  muerte de  Ángela María “Geli” Raudal, joven  sobrina amante del führer,  permanece  en  duda (18-9-1931).  Históricamente se expuso la tesis del suicidio, corolario del acoso sexual de su tío. Sin embargo,  otros cronistas sostienen  que fue un feminicidio  por celos. El analista Federico Rollani Passos concluye que la “incestuosa” relación, alimentada por el afrodisíaco del poder,   provocó un conflicto afectivo traumático y a la joven no le quedo más alternativa que la venganza y escogió el desquite del escándalo,  suponiendo que así vencería al tótem,  su contrincante amoroso.   Hitler confesó que  fue  a la única mujer que amó en su vida. Resumiendo, la confusión de sentimientos lo sedujo irredimiblemente y por ello, se observa, escogió a Eva Braun como compañera, básicamente,  por el gran parecido entre las dos. La iconografía lo demuestra.

 

Para Rollani Passos, el poder, antropológicamente,  seduce a las mujeres y por esa atracción  apelan ellas a sus recursos para “cazar” al hombre  de sus sueños,  fijación paternal,   pasión que nunca logran satisfacer por el contenido pecaminoso de sus  fantasías. Aquí hay que distinguir el acoso sexual y entender el complejo misógino de  Schonpenhauer

 

 Extraña patología que rara vez se descubre; uno de los acicates de esta aberración es, inconscientemente,  la subordinación y la clandestinidad encubridora. En el caso de Eva Braun,  el führer muy pocas veces hizo públicos sus amoríos con ella a pesar de su apego enfermizo. Ambos disfrutaron ese  concubinato “secreto”.

 

¿Cómo prevenir esas contaminaciones es la  pregunta que el diagnóstico plantea? Lo primero que se advierte es que en cada uno de los integrantes del binomio, por diversas causas,  hay una predisposición.  Esa propensión se puede corregir con una sólida concepción ética de las relaciones sico-sexuales, calidad que se adquiere  en los primeros años de educación.

 

En el ejercicio de posiciones jerarquizadas, frecuentes en el campo laboral, suelen surgir este tipo de  atracciones patológicas. La lucha inconsciente de poderes estimula la simpatía libidinosa; las parejas compiten utilizando el arma oculta que genéricamente los diferencia y,  naturalmente,  el combate los atrae. Para evitar estos aprietos lo propio es aplicar la regla ética vulgar que aconseja  “no meterlo en la nómina” o no aprovechar las desventajas para subyugar.

 

Los chismes históricos narran episodios famosos : Abraham y Agar; Napoleón y Maria Walewska; Rafael Núñez y Soledad Román;   John Dennis Profumo y Christine  Keeler ; Jorge Tadeo Lozano y Magdalena Ortega de Nariño;  Bill Clinton y Mónica Lewinsky; Miguel Ángel Bermúdez y María del Pilar Flórez y,  para abreviar la lista. El “affaire” de  Armando Otálora y su secreta secretaria, la ex reina  Astrid Helena Cristancho, romance  sin definir disciplinariamente, no obstante la  morbosa publicidad y socialización de esa guerra “penica”.

 

Para interpretar estos casos hay que partir  de la personalidad de sus actores, exigencia que por discreción y la brevedad de este escrito no se puede satisfacer a plenitud.