Familia y Religión | El Nuevo Siglo
Martes, 9 de Julio de 2019

“Generalización de corrupción es fracaso moral”

En la semana que acaba de transcurrir se celebró el día nacional de la libertad religiosa y de cultos que el Presidente de la República aprovechó para reunirse con más de un centenar de líderes de diversas fes ante los que señaló entre otras cosas que “es el deber de nuestra sociedad reflexionar sobre cómo se están formando nuestras familias, no porque el Estado tenga que interferir o ir a invadir su espacio”, aclarando que lo que se hace necesario es reflexionar “sobre cómo están creciendo los niños en nuestra sociedad”.

La propuesta ha hecho saltar las alarmas de algunos radicales a quienes la propuesta del Presidente de llamar a los líderes religiosos a esa clase de reflexiones e incluso a participar activamente en las llamadas “Escuelas de Padres” les parece un atentado contra la separación entre Iglesia y Estado. No creo que ello sea así. Al revés, estimo que las diversas religiones tienen o tendrían mucho que aportar en las crisis morales que enfrenta la sociedad colombiana.

Sin embargo, las Iglesias y los cultos que integran el universo de la religiosidad colombiana tienen una gran deuda de explicaciones que entregarles a esa misma sociedad a la que ahora pretenden aportarle. ¿Cuál es por ejemplo la responsabilidad de las diferentes comunidades religiosas que a pesar de haber tenido el manejo mayoritario de la educación de los colombianos durante estos doscientos años de independencia, no han sido capaces de hacer de sus educandos unos ciudadanos que ejerzan esa ciudadanía conforme a las estructuras morales del cristianismo?

Si la doctrina católica, la mayoritaria en Colombia, se supone una doctrina fundada en el amor al prójimo, en tanto éste es imagen y semejanza de Dios, y por tanto cada uno somos parte de Él, por qué el país tiene y ha tenido tan larga historia de violencia fratricida.

Cada que un dirigente político o un ciudadano común y corriente celebra por razones políticas o por lo menos no lamenta, por las mismas motivaciones,  el asesinato de un compatriota, cabe preguntarse dónde perdieron toda esa educación católica que habla de la caridad  cristiana y de la compasión por el que sufre como víctima.

Toda esa falta de empatía que se aprecia cada vez más con el inmigrante pobre o con el desplazado en condiciones de miseria, es absolutamente incompatible con quienes han sido educados en la fe cristiana o de cualquier otra fe. Como lo es también la irresponsabilidad de todos esos padres que abandonan a sus hijos y que a hoy han modificado en el censo nacional el dato del número de mujeres cabeza de hogar para ubicarlo en 4 de cada 10. O lo que es lo mismo, por cada diez hombres hay 4 irresponsables que han abandonado a sus hijos, sin pagarles si quiera los alimentos de ley.

La generalización de la corrupción es, sobre todo, un gran fracaso moral. Y por tanto un grave déficit de una doctrina en que las Iglesias se supone que tienen su fuerte.

Las Iglesias si tienen mucho que aportar, pero también mucho que explicar.

  @Quinternatte