El ser Conservador es un adjetivo que menciona a aquel o aquello que conserva (guarda, respeta, protege). El término, que procede del vocablo latino conservātor, se utiliza para nombrar a la persona o al partido político que es favorable a la continuidad de las formas de vida actuales.
La palabra conservadurismo viene de la francesa conservateur, nombre dado por algunos escritores de la época que querían volver a la situación de exaltación a Napoleón I (1769 – 1821).
En medio de la revolución francesa, con su radical violencia y anarquía, algunos pensadores europeos se alzaron en la defensa de los valores de la época.
José de Maître (1754 -1821) clamaba por el rechazo al modernismo, lo que hoy se llamaría progresismo. Klemens Matrernich (1773 -1859), estadista austriaco, se esforzó por conservar la casa de los Habsburgo en defensa del derecho legítimo de los reyes europeos.
Se le atribuye a Edmon Burke: Reflections on the revolution in France (1790), el primer ataque frontal en contra de la anarquía de dicha revolución.
Se podría decir que la revolución norteamericana fue un acontecimiento histórico cuyas bases correspondieron al pensamiento conservador en contraposición a lo que fue la violenta y anárquica revolución francesa.
Sigler comentó en su libro: La evolución del pensamiento conservador norteamericano, que las creencias conservadoras no constituyen un estuche de instrumentos preparados de antemano, plásticos, listos para armarse.
Don Mariano Ospina solía mencionar que la política conservadora en pleno siglo XXI se podría hacer fácilmente con el decálogo promulgado en 1849, del cual resalto con énfasis el concepto de la civilización vs la barbarie.
Deducimos, entonces, que el conservadurismo mundial de hoy es producto de los pensadores ingleses y norteamericanos.
Los conservadores colombianos del siglo XXI no tienen un verdadero interés por defender lo que se conoce como la doctrina. Diríamos que prefieren ser apéndices del poder de turno. Lo fueron durante los gobiernos de Uribe y de Santos.
Se podría decir que, prácticamente, no existen pensadores conservadores colombianos en pleno siglo XXI.
La falta de divulgación del pensamiento conservador, ha generado un desconocimiento del mismo en las nuevas generaciones pertenecientes al presente milenio, lo que se conoce como millenials.
En consecuencia, son muy pocas o nulas las escuelas de pensamiento, doctrina, conservadora como tal, sobre todo en nuestro país.
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, quisiera dejar una serie de reflexiones teniendo en cuenta que se vienen las elecciones regionales de octubre próximo donde se elegirán ediles, concejales, diputados, alcaldías, gobernaciones:
- ¿Cuáles serían los referentes del pensamiento conservador colombiano en el siglo XXI?
- ¿Cómo explicar que mientras en los EE.UU y Rusia, las primeras potencias son regidas por líderes netamente conservadores en sus principios; nosotros, en Colombia, nos dedicamos a ser un apéndice del poder de turno en vez de contar con nuestro propio poder y doctrina?
Algunos eruditos de los tiempos modernos en que nos encontramos aseguran, con frialdad, que la lucha por el pensamiento conservador ha llegado a su fin.
El sociólogo francés Jean François Revel comentó en su libro: Cómo se terminan las democracias, que si trazamos una línea en el tiempo encontraríamos que la democracia tan solo sería un punto, un lunar, en el universo de la historia.
¿Será que nos encontramos en una situación similar con respecto al pensamiento conservador colombiano? ¿Un lunar en la historia de Colombia?
Puntilla: Vox en España.