Los resultados de las elecciones del Parlamento Europeo dejan un resultado claro: el triunfo de la derecha. Una derecha que parecía esfumarse tras el paso arrasador del progresismo, la izquierda, el sin fin de todos los afines y variados ismos, y por supuesto, del movimiento “woke”. A pesar de todo lo anterior, hay un resurgimiento de la derecha clásica, y hasta de “nuevas derechas” que han tenido un proceso de formación y de acogida en el viejo continente, además sumado al liderazgo femenino, lo cual, si bien no es algo histórico en nuestros días, si fortalece y refuerza a la teoría e ideología conservadora.
El tema más relevante y natural para Europa es con Ucrania y su eventual devenir, entendiendo los diversos escenarios posibles. Y, es que estos fueron los primeros comicios luego del comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania, que pronto cumplirá dos años y medio. Ucrania pide ser anexada a la UE, y cada vez está más cerca a ello, tentando al dictador ruso, y quizás llevándolo hacia una nueva guerra regional, con claros intereses mundiales, que sumada a los conflictos y a las tensiones que están tan latentes últimamente, podría desembocar en una nueva Gran Guerra.
Noticia mundial ha sido que las tres grandes ovacionadas y ganadoras son líderes en cada uno de sus respectivos países y también en toda la Unión Europea. De Alemania, Ursula Gertrud von der Leyen, de profesión médica y de ocupación, política, representa un liderazgo femenino clásico ya consolidado a lo largo de Europa Occidental. Von Der Leyen va camino a ser reelecta en el importante cargo de presidente de la Comisión Europea, donde ha confrontado a más de un político europeo, y sobre todo a Vladimir Putin y sus planes de sovietizar a Europa del Este en principio, aunque con gran recelo con Alemania precisamente. Por eso la derecha proeuropea, busca modernizar su industria militar, maximizarla y potenciarla con el fin de rearmarse y tener autonomía en conjunto ante cualquier agresión externa.
Giorgia Meloni, la primera ministra de Italia no solo es una de las representantes de la derecha italiana, sino de Europa, y con su discurso fuerte y directo, lo ha sabido hacer. Lo mejor, es que ha sido sin miedo a que les tachen de ser de derechas. No se necesita de una derecha blanda o tímida, ni mucho menos disfrazada, para poder llegar al poder.
Por el lado de Francia, segunda economía de Europa, Marine Le Pen, se mantiene como favorita de la derecha, y ahora como líder europea, pone en una situación difícil al tibio de Emmanuel Macron que ha tenido que disolver su parlamento, ante la aplastante derrota, incluso se le pide que dimita. Le Pen promete convertirse así en la primera presidenta de Francia.
España por su parte, consiguió el triunfo del tradicional y conservador Partido Popular (PP), que arrasó con el izquierdista Psoe, partido de gobierno.
Así que Europa no es lo que se vio en Eurovisión y sus representantes financiados por la izquierda “woke”. Por ejemplo, la representante de España y favorita de Pedro Sánchez, no representa a España ni a los españoles, y tampoco a Europa. Siendo la representante israelí Edén Golán con “Hurricane” la favorita y más votada, no ganó el certamen por obvias razones. Además, Malmo, que prácticamente no es ni Suecia, ni Escandinavia o Europa, sino más bien un cuartel de terroristas islámicos, los mismos a los que el presidente de Colombia se arrodilla.
@rosenthaaldavid