Una espléndida victoria
El presidente Barack Obama ganó las elecciones americanas y por goleada como lo vaticinamos aquí hace ocho días. Ha logrado una contundente victoria que le permitirá su reelección. Trescientos treinta y dos delegados del Colegio Electoral contra doscientos dos de su oponente. Más de tres millones y medio de votos de diferencia y se alzó con el triunfo en un mayor número de Estados. El hábil, inteligente y carismático líder negro podrá ahora dedicarse a construir y consolidar su legado que, no dudamos, será histórico y de las dimensiones del dejado por F.D.R.
Varios son los factores que han contribuido a su extraordinario hito. El más importante y que se registra por vez primera en unos comicios presidenciales: concitar la convergencia exitosa de tres grandes y determinantes minorías. La hispana, la afrodescendiente y una minoría blanca anglosajona. Esta nueva realidad ha cambiado para siempre el mapa geopolítico de la Unión Americana. Esto también lo había señalado como una probabilidad.
El presidente Obama está absolutamente al tanto de esta situación y esto hará que muy pronto lleve al Congreso -que sigue siendo bipartidista para sus decisiones- la esperada y necesaria reforma migratoria, destinada a legalizar la mano de obra extranjera, pero especialmente la latinoamericana. Como exitoso hijo de inmigrante africano esta es una deuda de honor que si no apura en pagarla el voto castigo caerá sobre los demócratas dentro de 4 años y también sobre los republicanos si no colaboran para hacerla realidad.
En ese mismo contexto ha quedado meridianamente claro que los perdedores republicanos tendrán que cambiar sus programas, sus agendas y sus prioridades ideológicas. Su apabullante revés ha puesto de manifiesto que las consignas de extrema derecha que habían secuestrado al partido de Reagan no son de buen recibo en las urnas. Los analistas han coincidido en advertir que si no lo hacen correrán la misma suerte de los liberales victorianos Otra enseñanza meridiana es que se impone la acción conjunta para grandes decisiones nacionales, siendo la primera evitar el llamado “abismo fiscal” en que puede caer la economía en los próximos días. Los otros propósitos tendrán que ver con la lucha contra el desempleo y para ello tienen que lograr recetas parlamentarias para dinamizar el crecimiento económico.
Aunque siempre hemos sido unos convencidos de que los conservadores en poco nos identificamos con los republicanos, no deja de ser importante tomar nota de lo acontecido en las urnas americanas. Nuestro partido sigue aquí a la deriva sin programa, sin jefes, sin metas. Todos nuestros políticos cómodamente amparados en la “seguridad burocrática”. Si no despertamos y actuamos nuestra desaparición es cosa de poco tiempo...
Adenda
Buena, muy buena idea pedagógica la de prohibir las tareas escolares en casa y hacerlas en el colegio. Decimos que es un acierto, porque vivimos sus bondades en nuestros días bartolinos, cuando en La Merced las hacíamos de la mano de los hermanos Becerra y Lazcano. ¡Qué tiempos aquellos! No entendemos por qué el presidente Santos se apresuró a descalificarla. Debería reflexionar.