OPINIÓN ORBITAL
Una paz sin plan B
Esta semana asistimos al Congreso de Andesco que, en número cercano a los dos mil delegados, concitó en la siempre hermosa Cartagena de Indias a los funcionarios y especialistas en el tema. Gobernadores, alcaldes, diputados, concejales con un propósito común: Modernizar los servicios públicos y las Tic, en el marco de los objetivos del desarrollo sostenible-ODS, especialmente en la lucha contra la pobreza extrema, el logro de la paz territorial y el manejo integrado del medio ambiente.
El presidente Juan Manuel Santos instaló el evento y durante hora y medio rindió un informe detallado sobre lo que ha significado y ha logrado su proceso de paz durante estos cuatro años. Claro, conciso, sereno -sin apuntes ni telepronter- disertó y dialogó con una audiencia respetuosa y en sintonía con el mandatario que enfatizó sobre lo firmado recientemente en La Habana y que protocoliza la dejación de las armas. "No habrá más guerra. No habrán más Farc", fue su parte de victoria. "No se ha negociado al país, no se ha feriado la Constitución, no se han comprometido nuestras instituciones democráticas, no se han disminuido nuestras fuerzas armadas, no se ha hipotecado nuestro futuro". Aclaró que, por el contrario, las Farc están dispuestas a erradicar el narcotráfico, neutralizar la violencia territorial y participar activa y positivamente en la actividad política.
Contó cómo personal y directamente se ha preocupado por evaluar y aplicar las mejores experiencias en materia de negociación de conflictos, como en Sudáfrica, Irlanda del Norte, Guatemala y El Salvador y cómo ha traído al país a los principales protagonistas de estas gestas. Era evidente su satisfacción personal y su involucramiento con la causa de la paz. Con "micrófono abierto" respondió todas las inquietudes, incluso las más agresivas. Cuando alguien que confesó ser un desplazado le preguntó que si el plebiscito llegara a fracasar o a serle adverso él tenía un plan B, respondió como Hernán Cortés, quemando sus naves: "No hay ningún plan B". Terminó asegurando que las heridas del posconflicto se sanarán no en uno sino en varios años, durante los cuales y gracias a las enormes ventajas de la paz, se incrementará la inversión en todos los sectores y a todos los niveles, haciendo posible la financiación de las exigencias de esa pacificación.
Al término de la intervención presidencial nuestro ánimo y el de todos los presentes se convenció, quizás por vez primera en muchos, muchos años, de que la paz si será posible y será espléndida realidad en fecha muy cercana.
Adenda
El Presidente se mostró igualmente optimista sobre los resultados de la lucha contra las organizaciones criminales y un acuerdo con el Eln. "En poco tiempo esperamos acabar con las bacrim y también negociar la paz con los elenos. Antes de terminar esta década Colombia podrá ser definitivamente un país en paz”, concluyó.