Ahora que estamos en las conmemoraciones de hechos históricos, como es la de la Batalla de Boyacá en la cual los patriotas vencieron a los españoles y así se determinó la independencia de la Nueva Granada, la cual había sido planeada, en lo que tenía que ver con la organización de los territorios que iban a ser liberados del sometimiento de la corona española, en Angostura en donde quienes tenían la rienda de la epopeya libertadora se reunieron para considerarlo, los momentos angustiosos que vivía por la invasión napoleónica, planear el “modus operandi.” Como explicación está el envío del famoso pacificador Morillo de tan ingrata recordación, aun hoy, para las huestes patriotas.
Pero bueno, como no se trata de hacer memoria histórica de hechos que tuvieron tanta trascendencia y que aún hoy se discute su importancia en el proceso histórico de la independencia, lo que sí parece ser cierto es que fue un hecho que determinó el proceso de la independencia. Este hecho incontrovertible en cuanto a su ocurrencia, ha marcado hitos muy notables en toda nuestra historia. Uno de ellos es que el 7 de agosto determinó la independencia por la derrota de la corona. Para conmemorarla y que no se olvidara se fijó como hito para la iniciación y terminación de los períodos presidenciales. Pero como somos dados, no por falta de acontecimientos a comentar y hablar sobre lo sucedido entre efemérides, estamos sacándole punta al primer año de la presencia de Iván Duque al frente de los destinos del país.
Podemos hacer toda clase de lucubraciones, que como dice el DRAE es imaginar sobre hechos sucedidos sin mucho fundamento, con respecto a si lo ha hecho bien, regular o mal en el desempeño de sus funciones. Es muy atrevido hacer juicios terminantes sobre ello, pero lo cierto es que todos los colombianos, deseamos que le vaya bien, quizás con un pensamiento bastante egoísta; si a él le va bien, a nosotros también nos va bien. Ha ensayado un sistema de gobierno distinto a los que estamos acostumbrados. Su sistema de gobierno es bastante “sui generis.” Sus colaboradores inmediatos, denominados ministros, hasta que no se demuestre lo contrario están trabajando con ahínco y decisión.
Duque nos ha parecido un tipo serio y dedicado. No muy comunicativo que digamos, pero ha desempeñado la tarea con dignidad. Así ha sido su presencia en países amigos que lo han recibido con la consideración que se merece y que nos merecemos. Trump, nuestro amigo y aliado no ha sido comedido ni considerado con Duque; no se le pueden pedir peras al olmo. La visita al otro continente y a la gran potencia émula del bloque del cual formamos parte, dejó como acción positiva en la China, la posibilidad de que compatriotas nuestros cumplan con las condenas a las cuales están sentenciados allá sean cumplidas aquí. Todo lo demás no se puede excluir de la controversia entre nuestro aliado de cuyo bloque político formamos parte y China.