El intelectual Axel Kaiser en su más reciente libro “La Neo inquisición: persecución, censura y decadencia cultural en el siglo XXI”* dice acertadamente que hoy estamos viviendo en una “emocracia”, es decir vivimos en una sociedad en donde “lo que importan son las emociones, específicamente sentirse bien con lo que se dice y se hace, procurando no ofender a nadie que se declare víctima y, adicionalmente, auto flagelarse públicamente por cualquier conducta realizada en cualquier momento de la vida que se pueda subjetivamente considerar lesiva de esas emociones” dice Kaiser.
La semana pasada vimos todos con indignación el abuso de unos miembros de la Policía que en un claro exceso de la fuerza acabaron con la vida de Javier Ordoñez en Bogotá. Rápidamente esta indignación que debía ser de rechazo a la conducta de esos individuos se convirtió en el ataque sistemático a una institución, en cuestión de horas la turba enfurecida había convertido algunas localidades de Bogotá y algunos barrios del centro de Medellín en epicentros de batalla, donde incendiaron los Centros de Atención Inmediata de la Policía, buses de servicio público, y destruyeron la propiedad privada de importantes empresas que operan en la zona.
El resultado más doloroso, muertos y decenas de heridos. ¡Qué paradoja! Para rechazar y protestar por la vida de una persona, terminaron produciendo y participando en los hechos que terminaron con la vida de 13 más.
En medio del caos de esos días, decidí escribir varios tweets haciendo un llamado a la razón, traté de explicar que cada CAI o cada bus destruido, son recursos de educación, salud, y política social que desaparecen. Por ejemplo, por cada CAI que deben reconstruir cerca de 65 niños podrían acceder a educación por un año.
No había terminado de escribir mis argumentos y ya un grupo de enardecidos me atacaban en redes, incluso varios amigos. En ese momento lo políticamente correcto para ellos, era justificar el uso de la violencia, atacar a la Policía y por conexión al Gobierno, ser contrario a la razón y dejarse llevar por las emociones era lo “cool” y quien tuviera la osadía de expresarse en contra era censurado. Personas con estudios de posgrado de las mejores universidades de Colombia y del mundo, publicaron en sus redes sociales sin parar durante varios días, todo tipo de mensajes en contra de la Fuerza Pública, haciendo comparaciones absurdas, diciendo cosas sin sentido, y lo más lamentable justificando el uso de la violencia. Como bien lo describió en su libro el profesor Axel Kaiser, la emoción superó la razón, se les olvidó pensar.
Es el momento, aunque tarde, de hacer una invitación a reflexionar, a debatir desde el respeto y los argumentos, y no abandonar la búsqueda de la verdad. Es con ella que podemos identificar los verdaderos problemas de Colombia y la mejor manera de solucionarlos. Antes de dejarnos llevar por la turba, hagamos un minuto de silencio, reflexionemos, entendamos y luego hablemos.
*Kaiser, A., (2020). La Neo inquisición: Persecución, censura y decadencia cultural en el siglo XXI. Barcelona: Editorial Planeta.
Twitter: @camiloguzmansa