Con la muerte de Mao en 1976, Den Xiaoping diseña la estrategia para reorientar los pilares del régimen político de China con base en lo que se conoce como las cuatro modernizaciones que había ideado el primer ministro Chu En Lai, quien falleciera en 1974.
El plan de modernización que incluía la agricultura, la industria, la ciencia y la tecnología, lo mismo que el sector defensa, comenzó a ser ejecutado en 1978. En la agricultura, como dice Ramón Tamamés en su esplendoroso libro sobre El siglo de China, se pasó de nuevo al sistema de tenencias familiares individuales, limitando el papel de las comunas. Agrega que se adoptó “un régimen en el cual el poseedor de cada parcela se comprometió a entregar una cantidad preconvenida de productos a los almacenes del Estado a un precio preconcertado, pudiendo disponer del resto de cara a los mercados libres”.
El citado autor sostiene que en la industria se buscó priorizar la producción de electricidad, mejorar el transporte y las comunicaciones. Del mismo modo, se abrió un proceso que permitió el crédito bancario, el derecho al despido de obreros ineficaces, retener divisas por exportaciones y cierta libertad para decidir inversiones. También se crearon las zonas económicas especiales (ZEE), como las de las fronteras con Hon kong y Taiwán, que le abrió paso a la inversión extranjera y la llegada de la Coca-Cola y la industria hotelera extranjera, que implicó sacrificar los mismos principios comunistas sobre los que se construyó el régimen.
Den Xiaoping fue muy refractario a la quinta modernización que preveía una posible política democratizadora, cuya bandera enarbolaban los estudiantes que se concentraron en la plaza de Tiananmen, que produjo la sangrienta represión de junio de 1989.
Por otra parte, los vientos reformistas del proyecto de la Perestroika de Gorbachov en la antigua URSS, alcanzaron a llegar a China, pero Den pareció ver un riesgo en el plan de reforma política y prefirió mantener el régimen autoritario con el apoyo del PCC.
China hoy es la segunda economía más grande del mundo en términos del Producto Interno Bruto Nominal y la mayor economía global en paridad de poder adquisitivo, según el Fondo Monetario Internacional. Se ha convertido en el centro mundial para la fabricación de todo tipo de productos y en la mayor potencia industrial y exportadora de bienes a nivel mundial. Es el país más poblado del mundo y con una mayor tasa de crecimiento en consumo, además de segundo mayor importador en mercancías.
El modelo que adoptó lo denomina el gobierno chino como “economía de mercado socialista” o “socialismo con características chinas”. Se prevé que en 2050 la economía del país asiático será la primera del mundo en tamaño por encima de la de Estados Unidos por las altas tasas de crecimiento que ha alcanzado en las últimas tres décadas.
Un informe de la Cepal reveló que el comercio de bienes entre América Latina y El caribe y China se multiplicó 22 veces desde el 2000, y se avanza en la ejecución del Plan de Cooperación 2015-2019