El lado oscuro del fútbol por streaming | El Nuevo Siglo
Lunes, 27 de Septiembre de 2021

Ahora, los eventos en vivo se viven mediante plataformas similares a Netflix o Disney +. Pero no todo es bonito. En Latinoamérica todavía falta mucho despliegue de infraestructura y conectar a mucha gente para que el fútbol u otros deportes sigan siendo masivos.

El fútbol, poco a poco, se está convirtiendo en una industria de nicho. El deporte rey está dejando de ser una revolución masiva que unía a ricos y pobres al mismo tiempo detrás de una pelota. Ahora, es una industria de nicho a la que accede cada vez menos gente. Peor aún: que le importa cada vez a menos gente. Y eso se explica, en parte, por la irrupción de las plataformas de streaming en el ajedrez de los eventos en vivo.

Lo que está pasando en Italia es una muestra clara de los problemas que se viven cuando el fútbol queda reducido sólo a las plataformas de streaming. En ese país, los derechos de transmisión de los partidos en vivo quedaron en mano de la plataforma DAZN. Una aplicación exclusiva de contenidos en línea.

DAZN adquirió los derechos para transmitir toda la Serie A italiana, incluidos siete de los 10 partidos exclusivos por semana de partido entre 2021 a 2024. La plataforma de deportes pagará 840 millones de euros por temporada. Vale señalar que la cadena Sky perdió la puja por los derechos de transmisión al ofrecer 750 millones de euros por temporada para continuar como la principal emisora.

La plataforma streaming de deportes no es nueva en la emisión de partidos en vivo en Italia. DAZN emite desde 2018 tres partidos por jornada en Italia (por 193 millones de euros por temporada). Ahora obtiene siete partidos en exclusividad y los otros tres en difusión compartida. Toda una revolución. ¿O no?

Los resultados del experimento no han sido los mejores. Resulta que la transmisión de fútbol exclusivamente por streaming no ha sido para nada idílica en Italia. Sumado a que el número de televidentes que consumen los encuentros en vivo y en directo bajó drásticamente (si se compara con las audiencias que había con la televisión abierta), las quejas por los retrasos para ver las jugadas o el síndrome de las pantallas congeladas se han multiplicado por miles.

Pero peor aún. En Italia todavía no existe la infraestructura suficiente para que los usuarios que ponen la plata para pagar por ver los partidos en vivo tengan una buena experiencia de servicio. Mejor dicho: el internet no es tan bueno ¡en Italia! De hecho, El País de España hizo todo un artículo para retratar cómo miles de usuarios en las zonas de menores ingresos de Italia se quedan cantando los goles hasta un minuto después de que ocurrieron. Una locura total.

Y si eso ocurre en Italia, ¿se imaginan en nuestra querida América Latina? ¡¿Se imaginan cómo sería el asunto en Colombia?! El fútbol por streaming tiene un lado oscuro y es la calidad y la cobertura de internet en los países en desarrollo. Por ejemplo, en Colombia, según cifras oficiales la velocidad promedio de internet fijo no supera las 50 Megas, y eso si solo vemos zonas urbanas. Con apenas 50 Megas de internet ver un partido en vivo por streaming es apenas una quimera: toca tirar la moneda para que no se quede cargando. Esto tendrá un segundo capítulo.