Este 7 de agosto se cumple la mitad del mandato del presidente Gustavo Petro, un gobierno que ha estado inmerso en un sinnúmero de escándalos de corrupción y señalamientos: el hijo del mandatario, Nicolás Petro, procesado por enriquecimiento ilícito y lavado de activos; Laura Sarabia cuestionada por el escándalo de la niñera Marelbys Mesa quien fue llevada al polígrafo; los escandalosos audios del señor Benedetti donde hacía mención sobre los recursos y apoyos que logró para la campaña; la exministra del Deporte, María Isabel Urrutia, procesada por indebida contratación; el cambio de 37 ministros y 54 viceministros, y la joya de la corona, el peor escándalo de corrupción de la historia de nuestro país liderado por el desafortunado señor Olmedo López, exdirector de la Ungrd, y Sneyder Pinilla, donde están salpicados funcionarios del alto gobierno, políticos y empresarios. Aunque no olvidemos que el presidente Petro está procesado por violación de topes, en compañía del señor Ricardo Roa, actual presidente de Ecopetrol.
Al Gobierno no le ha ido bien, todas las semanas sale un escándalo diferente que genera pánico y grandes preocupaciones. La semana pasada conocimos que la esposa de Armando Benedetti, embajador ante la FAO, lo denunció ante el gobierno de España por violencia de género. El mismo día en que el Gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, le informó al país que en un puesto de vigilancia y control ubicado en el nordeste del departamento, las Fuerzas Militares detuvieron una caravana de siete vehículos de la Unidad Nacional de Protección que transportaban disidentes de las Farc, donde se movilizaban sujetos con órdenes de captura suspendidas y también delincuentes con órdenes de captura vigentes, además de un menor de edad, quien declaró haber sido reclutado hace 5 años y estar bajo el mando de alias “Firu”, responsable de la muerte de seis militares hace 20 días en el municipio de Valdivia, Antioquia.
Lo más grave, es que este es un gobierno con desarticulación total, no hay planeación, es un barco sin capitán. El presidente Petro se nota completamente alejado de la realidad que vive el país. El mismo día del escándalo de las disidencias de las Farc, cuando debería haberse quedado en el país poniendo el pecho a lo ocurrido, su respuesta fue montarse en el avión presidencial para viajar a París a la inauguración de los Juegos Olímpicos, donde lleva varios días disfrutando de los lujos, la buena comida con su familia y de los eventos que ofrece la diplomacia de la mano de su esposa Verónica Alcocer, quien andaba muy perdida de la agenda presidencial.
Es evidente que este es el gobierno del caos. La seguridad del país va por mal camino, así lo manifiestan el 87% de los encuestados en la reciente medición de Invamer Galup. Departamentos como el Cauca y varios municipios del Valle del Cauca sitiados y amenazados por los bandidos de las disidencias de las Farc; la seguridad energética del país está en riesgo y la semana pasada se conoció el preocupante informe de Naturgas llamando la atención frente a un posible desabastecimiento de gas.
Ni qué decir del riesgo que tenemos en materia de energía. Presidente Petro su Transición Energética “justa”, está fracasando, lamentablemente.
En medio del caos, no nos queda otra alternativa que resistir, defender la democracia, la libertad, las instituciones, los medios de comunicación, la fuerza pública y a las altas Cortes. En medio del caos, la única alternativa es estar más unidos que nunca, como lo hemos estado en momentos de oscuridad cuando unidos superamos al narcotráfico, los paramilitares y guerrilleros, la pandemia…Ahora el inmenso reto es superar al gobierno del caos.