Muere el presidente Gonzalo, más conocido como Abimael Guzmán, un criminal comunista marxista leninista, de la línea Sendero Luminoso Mariátegui, que adoptó el modelo chino de Mao Zedong sembrando muerte y terror en Perú, principalmente en el campesinado por muy largo tiempo.
Capturado por el gobierno de Alberto Fujimori, encerrado en una jaula de diez metros cuadrados vistiendo un traje rayado de presidiario, duró 29 años tras las rejas pagando sus horrendos crímenes. Este hombre que muere, ícono de pena y vergüenza para su país y el mundo, no habiendo logrado nada, siendo un ejemplo de terrorismo, crimen y destrucción, es el ejemplo de lo que no debe ser.
Hombres en la historia reciente que dejan machas negativas indelebles en la humanidad, convertidos en símbolos del mal, como lo fue Adolfo Hitler, Joseph Stalin, Idi Amín Dada, Chauchescu, Bin Laden, Pablo Escobar, Al Capone y bueno algunos otros que se me escapan, son émulos de lo que fue este maestro de escuela y universidad, fanatizado por el comunismo quien, trasladando sus ideas a la juventud y campesinado peruano, sembró muerte y terror en aquel país.
Pero el corolario para estos criminales es su propio fin, por lo general terminan muertos por el pueblo mismo, o por fuerzas contrarias, también por suicido o tras las rejas el resto de sus vidas. La historia así lo demuestra, pues la búsqueda del poder y riquezas desarserbadas llevan a limites incontrolables, la soberbia del poder no tiene límites y unido a la ambición, codicia y fanatismo, el coctel es explosivo. Unos alcanzan por un tiempo las mieles del poder y terminan destruyendo lo que tocan, otros como Abimael Guzmán jamás lo logran, terminando como bestias enjauladas llenas de odio y maldad, ensombreciendo sus almas a punto de no perdón ni retorno a la posibilidad de una salvación para su alma.
Es preocupante que aun las enseñanzas de la historia, el mundo sigue mostrando sátrapas y dictadores que por las mismas razones y motivos de aquellos que mal terminaron, lleven a sus naciones a la miseria, hambre, desolación y abandono. Ejemplo claro es Nicaragua y Venezuela, con gobiernos de dictadores tiranos y corruptos que están destrozando sus países, para ellos disfrutar del poder y quedarse con las riquezas, mientras su pueblo se hunde en el hambre, desempleo y miseria. Venezuela con mas de 6 millones de personas que han abandonado su país, mendigando por el mundo y buscando nuevos horizontes, mientras sus gobernantes se enriquecen brutalmente a costa del pueblo.
Ese modelo era el sueño y ambición de Abimael Guzmán, pero cuando se utilizan métodos de terror y muerte, se cae en la prepotencia del poder y la ambición, se rompe todo limite. Ejemplo claro para nuestro país que corre el peligro de caer en ese sistema, pues esos modelos están entrando disfrazados de democracia y progresismo, envalentonando al pueblo con demagogia para que les voten y luego apoderase de los países para no soltarlos. ¡Mucho ojo con lo que nos puede venir!