Hace diez largos meses la Corte Constitucional mediante Sentencia C-145/20 declaró exequible el Decreto 417 de 2020 que adoptó el estado de emergencia económica, social y ecológica en el país por causa de la pandemia del covid-19. En sus consideraciones el alto tribunal señaló que “En primer lugar, el Gobierno debe proteger la salud, vida y seguridad de los habitantes del territorio nacional, siendo necesario aminorar la propagación del virus, mantener los servicios esenciales y evitar el colapso del sistema de salud…” El proceso contó con relevantes intervenciones de ciudadanos, universidades, gremios y asociaciones que en su mayoría manifestaron solicitud de exequibilidad del decreto. Entre las cuales se encuentra la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco.
La sentencia logró recoger y hacer visible una especie de acuerdo entre distintas partes de la sociedad civil sobre la necesidad de adoptar medidas para reducir los contagios y mitigar el impacto de las mismas. Ello respaldado en directrices de la OMS. Pues en la práctica son medidas que se tomarían en todas partes del mundo hasta el día de hoy.
En este sentido, llama la atención que el presidente de Fenalco, a propósito del anuncio de medidas restrictivas y focalizadas durante la Semana Santa en algunas ciudades por el alarmante incremento de contagios y ocupación hospitalaria que hace temer una tercera ola, haya exclamado que “las medidas restrictivas adoptadas no contribuyen a evitar los contagios, sino a generar graves consecuencias en la recuperación económica del país.” Pese a su respaldo ante la Corte sobre la necesidad de las medidas y conociendo del impacto económico que acarrearían. Por eso para mitigar dichos efectos se han adoptado otras medidas en todos los niveles territoriales -aunque insuficientes, sobre todo para los más pequeños-. Además, recordemos que por ser esenciales un buen porcentaje de los sectores que representa este importante gremio han funcionado durante la pandemia.
Sin embargo, el presidente gremial se está convirtiendo en el más férreo opositor -dicha posición no es nueva- de las medidas de distanciamiento social y control de las aglomeraciones que toman los alcaldes, de acuerdo con directrices nacionales, para prevenir y reducir los contagios y evitar el colapso hospitalario.
Afirmar sin evidencia que no hay relación entre medidas restrictivas y reducción de contagios no es apropiado, pues el descenso en los picos de la curva ha demostrado lo contrario. Además, en esas condiciones no resulta legítimo tratar de responsabilizar a mandatarios locales de los costos económicos por las medidas para hacer frente a la pandemia. Sobre todo a los de grandes ciudades que por obvias razones más aportan al PIB y que “curiosamente” constituyen un grupo de mandatarios independientes o de partidos que no están en la coalición del Gobierno nacional, como es el caso de Bogotá, Medellín, Cali, Santa Marta y Villavicencio, por ejemplo.
Realmente la formula público-privado es la correcta y tiene su propia filosofía. Entonces, ¿por qué Fenalco trata de hacer ver al sector público, sobre todo de las ciudades, como obstáculo en la estrategia colectiva para superar la grave crisis de la pandemia e impulsar la recuperación económica?
@Fer_GuzmanR