Ejercicio de la soberanía | El Nuevo Siglo
Sábado, 18 de Mayo de 2019

El respeto a la autoridad legítimamente instituida es una de los postulados de todas aquellas personas amigas del orden, la armonía y la tranquilidad en el comportamiento de la sociedad.  Si estamos conformes, no podemos estar en desacuerdo, conque cada persona natural o jurídica tiene el derecho de decidir libremente quién puede visitarlo y quién no. Aquí en Colombia en no pocos establecimientos públicos, se puede leer un aviso notorio que dice que el lugar se reserva el derecho de admisión. Nadie se pone bravo por esta advertencia y acata lo que dispongan los encargados de velar por el cumplimiento de las instrucciones de ingreso establecidas por la administración.

La relación entre los estados en cuanto a la visita de extranjeros aplica el principio de que a cada uno de ellos se puede acceder conforme a normas previamente establecidas.  En algunos países con los cuales tenemos la única condición válida para pisar sus territorios es una identificación válida que en la mayoría de los casos es un pasaporte que expide el país de origen del visitante, en el cual están consignados datos que identifican al portador, en el cual cada país visitante deja constancia que el titular está autorizado para viajar de acuerdo a sus normas legales. En no pocos casos, y previo acuerdo entre los estados, no se requiere siquiera la formalidad de la autorización de visita consistente en una visa que autoriza la visita del titular.

Hasta hace relativamente poco tiempo era necesario disponer de un permiso para visitar a los países de la Unión Europea.  Hoy salvo Gran Bretaña y posiblemente Suiza se pueden visitar sin contar con la correspondiente visa o permisos de entrada. Para viajar a los Estados Unidos, la gran potencia occidental, por lo menos es necesario un permiso previo consistente en la visa de ingreso a la cual se accede más o menos según un proceso que ordenan sus normas legales. Se obtiene haciendo la solicitud oportunamente y el solicitante no tenga antecedentes, a juicio de EE.UU. Ahora el tiempo de vigencia de la visa se ha aumentado notablemente y quien dispone de ella puede hacer uso de ella por tiempo largo.

No se debe discutir la prerrogativa de un país de ejercer su soberanía para el ingreso de personas; es su libre albedrío. Este ejercicio de la soberanía bien puede aplicarse a cancelar los permisos de visita otorgados previamente sin que tenga que dar explicaciones.  Aquí lo hemos vivido; en años pasados; a un presidente en ejercicio, Ernesto Samper Pizano, le fue cancelado el permiso para visitar a Los Estados Unidos. A todos nos extrañó y nos dolió, pero no nos pusimos bravos, como ahora cuando les fue cancelado el permiso de visita a varios miembros de la rama judicial. Nos hemos esforzado en encontrar las causas de ello, las cuales no pueden ir más allá al del ejercicio de la soberanía de nuestro vecino del norte.