Respeto al debido proceso
No puede concebirse un régimen democrático, sin el respeto al debido proceso; la norma más importante que existe en nuestra Constitución Política pues fue concebida y establecida como garantía de otros derechos fundamentales y como freno a procedimientos arbitrarios de las autoridades administrativas y de los propios jueces.
Por ello alarma que medios de comunicación que han sido celosos guardianes de nuestra institucionalidad en el pasado -El Tiempo, para más señas y otros que hoy son sus satélites en la radio y en la televisión-, hayan cambiado de criterio y registren, en cambio, como actitud escandalosa, que el Consejo de Estado haya preservado el derecho fundamental al debido proceso de los exparlamentarios pensionados, en recientes sentencias, en las cuales, lejos de enfrentarse a la Corte Constitucional, se expresó que, en la aplicación una de sus sentencias -la C 258 de 2013-, el Fondo de Previsión Social del Congreso de la República (una autoridad administrativa), lejos de ajustar su conducta al artículo 29 de la Constitución -que exige respetar el debido proceso “en todos las actuaciones judiciales y administrativas”-, optó, en cambio, por someter a los exparlamentarios pensionados a un procedimiento no contemplado en norma alguna del Código de Procedimiento Contencioso Administrativo.
¿Si la violación al debido proceso fue alegada y probada dentro del trámite de tutela, cómo podía el Consejo de Estado pasar por alto el desconocimiento de ese derecho?
¿Podrán nuestros lectores imaginar ¿cuál sería la reacción del hombre más rico del país, dueño de tres de los fondos privados de pensiones y de El Tiempo, si llegare a ser víctima de la violación del debido proceso, como consecuencia de actividades de autoridades administrativas o judiciales?
¿Acaso los medios, caja de resonancia de los intereses privados y públicos, no aplaudirían, eventualmente, un fallo del Consejo de Estado, que pusiera a salvo el derecho fundamental al debido proceso del señor encopetado que, como el resto de sus compatriotas, merece ser protegido en sus derechos, entre estos, los que tienen que ver con el debido proceso, o con los derechos adquiridos?
Cuán importante sería que se hiciera el debate de control político en el Congreso Nacional, sobre el respeto de derechos fundamentales, fuentes de la seguridad jurídica, pues, mientras sigan desconociéndose esos valores inamovibles de la democracia ¿puede alguien pensar en este hermoso país y fuera de él, que la paz tendrá futuro?
Celebramos que el Consejo de Estado haya decido actuar con alta responsabilidad jurídica y moral. Eso significa retomar el rumbo con valor y no ceder ante el pánico mediático que se ha querido generar contra los jueces de la República y los legisladores que no se someten ante los poderosos.
Afortunadamente, la mayor parte de los columnistas ejercemos el derecho de opinar ceñidos, con rigor, a la ética del oficio. Aunque es la minoría, comprometida con intereses non sanctos, la que tiene la sartén por el mango…