Drama histórico de Haití | El Nuevo Siglo
Miércoles, 18 de Agosto de 2021

Un país signado por la tragedia, desolación, pobreza y muerte es Haití, nación caribeña que comparte su territorio con la Republica Dominicana, bautizada Isla Española por Cristóbal Colon. Su origen étnico proviene de los arahuacos, caribes y tainos mezclados con esclavos negros del África subsahariana, llevados por franceses. Su cultura y orígenes es de mezclas diversas, escasa población blanca y con una economía incierta. País que vive en casi un 50% de ayudas humanitarias internacionales, con una devastación sorprendente de sus riquezas naturales procedente de arboles y bosques tropicales devastados para venta de sus maderas. Pesca indiscriminada para subsistencia y algo de comercio, agricultura pobre con bajas exportaciones, turismo nulo y una industria textil precaria que no suma mucho a su producto interno bruto.

Haití ha sido un caos políticamente, desde su independencia inicial en 1804. Colonia francesa, más adelante protegida por los Estados Unidos bajo la corrupta dictadura de Papa y Baby Doc: Francoise y Jean Claude Duvalier, dos dictadores tiranos que gobernaron por casi 40 años, con una guardia de los Tontons Macoutes, (hombres de saco) mercenarios privados que bajo torturas imponían obediencia y castigos a quienes tan solo pensaran mal de los dictadores.

Este país con 8 millones 700 habitantes, ha sido un desastre políticamente, pocos presidentes terminan sus mandatos, golpes militares son el común denominador, al punto que dicha nación se encuentra en uno de los mas altos índices de pobreza extrema en el mundo, 80% de la población. A esto se le suman los desastres naturales, grandes terremotos y huracanes han devastado a la isla. En 2010 un brutal terremoto acabó con cerca del 70% de su infraestructura dejando 300 mil muertos; este mes otro sismo sacudió a la isla sumando 2.000 fallecidos e innumerables desastres.

La migración es otro fenómeno sorprendente, mas de tres millones de haitianos deambulan por el mundo, de los cuales unos dos millones se encuentran en su vecina Republica Dominicana, 300 mil en Chile, en Canadá, Estados Unidos y Europa. Colombia se ha convertido en paso obligado hacia sur y norte del continente, al punto que Necoclí, una pequeña población antioqueña próxima al caribe, se ha convertido en refugio estacionario para miles de haitianos a quienes se les tiene que brindar asistencia humanitaria, alimentantacion y salud.

Sumado a lo anterior, recientemente el brutal asesinato de su presidente Jovenel Moise, acusando a un comando de exmilitares colombianos, quienes engañados para prestar seguridad al mandatario los involucraron en dicho crimen, que parece tener orígenes de practicas esotéricas provenientes del Vudú, corrupción y narcotráfico, otro de los males que azota a ese país. Crimen que sigue siendo un secreto bien guardado, pues la DEA, el FBI y las autoridades tanto norteamericanas, haitianas como colombianas ya conocen, pero mantienen reserva.

Haití vive un drama difícil de superar, por lo menos por ahora, mientras su pueblo no evolucione, sus gobernantes, dirigentes y líderes espirituales no sean conscientes de su responsabilidad y puedan superar esos males endémicos que lo azotan.

arangodiego@hotmail.com