“Divide y reinaras”

Miércoles, 8 de Noviembre de 2017

La frase invocada es una fórmula maquiavélica que se dice fue, inicialmente, concebida por Julio César. Independientemente de quien haya sido  su autor,  cierto es que como estrategia política es efectiva, pues si hábilmente se logra dispersar a las gentes que deciden a quien obedecer, a última hora resulta escogido quien cuente con el respaldo de aquellos que ejercen el poder detrás del trono. Esa es una de las razones por la cual en esta época terminan elegidos personajes que realmente no cuentan con el respaldo de los gobernados pero que gracias a los procedimientos electorales, unos teóricos y otros prácticos, que sirven para manipular a las masas, es decir, deslegitimar la democracia, terminan “victoriosos”.

El análisis de los procesos electorales, principalmente en los países que atraviesan etapas de configuración ideológica contraria a la política del imperio, demuestra que los elegidos  no son siempre personajes que tengan un respaldo popular ostensible.

Un episodio de la historia nacional sirve de ejemplo para demostrar esta teoría. En las elecciones del 19 de Abril de 1970, dividida la masa electoral entre los seguidores del Frente Nacional, cuyo candidato era Misael Pastrana Borrero y quienes apoyaban al general Gustavo Rojas Pinilla, ex presidente de la República,  se originó una polarización que hacía temer el triunfo del aspirante en representación de la Alianza Nacional Popular (Anapo).

La situación era tan crítica que el presidente Carlos Lleras Restrepo,  abuelo de German Vargas Lleras,  no tuvo inconveniente en un discurso en el barrio Kennedy afirmar que había que derrocar la aspiración del contrario a la clase dirigente, proclama que dio lugar a que el procurador de la época, Mario Aramburu, le censurara su intervención en política.

Para dividir al electorado se lanzaron como candidatos Belisario Betancur y Evaristo Sourdis, de manera que esos votos que, eventualmente, respaldarían la candidatura de Rojas Pinilla, favorecieron al candidato Pastrana. De todas maneras esa elección, aun todavía, dio lugar a censuras y críticas y al nacimiento del movimiento revolucionario M 19, al cual perteneció el precandidato Gustavo Petro.

En el proceso actual pululan los candidatos, ¡algunos cálculos cifran 50 aspirantes! Entre esos fulanos aparecen personajes como Alejandro Ordóñez, Cristóbal Osorio, Jaime Araujo Rentería, Jairo  Clopatofsky, Frank Pearl, Paloma Valencia, Dagoberto Pulgarín y muchos otros que se sabe ningún futuro cierto tienen al respecto. También está contando ese cuento el señor Rodrigo Londoño Echeverri,  alias Timoleón Jiménez, Timochenko, otro “alienado” que se imagina que su megalomanía será argumento suficiente para arribar al poder.

En últimas,  todos y cada uno lo único que aportan son argucias que dividen la comunidad para patrocinar campañas ocultas, manipuladas por “fantasmas”  que aprovechan la incultura política para reinar a su antojo. Una cosa es la democracia y otra la alcahuetería de conductas paranoicas de alucinados que se imaginan tener apoyos populares para satisfacer sus inconsistentes anhelos de poder político, tal vez por frustraciones íntimas.