Asombran acontecimientos que surgen en nuestro país y el mundo y, como dicen los militares, se “neutralizan” los unos a los otros; se mencionan ejemplos en estas líneas. Despierta la atención la aparición y existencia de potentados chinos y uno de ellos, no se recuerda su nombre, se mencionó como financiador de la construcción de un canal interoceánico en Nicaragua ¿por qué no han llegado a Colombia? Se tiene la impresión de ser tales multimillonarios algo imposible durante la vigencia de Mao y parece que la respuesta puede tenerla Francis Fukuyama: de golpe China no es ya extremadamente comunista y este es un ángulo nuevo en Fukuyama a quien se conoce por su tesis sobre el “fin de la historia” que, a primera vista, es difícil de apoyar, puesto que tal cese luce factible solo al coincidir con el del orbe.
¿A qué se debe el auge de los militares en Venezuela relacionado con el infortunio democrático y político de dicho país y la vigencia del “chavismo” y de Maduro? Germán Vargas Lleras impulsó, como congresista, un proyecto de ley sobre el cabildeo y siempre fracasó; sería interesante conocer las razones e intereses que lograron tal resultado e insistir en sacarlo adelante, cual ha ocurrido en otras naciones. La relación entre el presidente Iván Duque y el expresidente Álvaro Uribe originó un compás de espera en esta columna. Tal parece que, pese a ocasionales divergencias, dicho nexo marcha bastante bien, lo cual place. Conviene examinar lo relativo al apoyo presidencial a proyectos específicos de los partidos políticos y cómo marcha la popularidad del expresidente llamado el “presidente eterno”.
Es espectacular el infortunio político de los nietos del general Gustavo Rojas Pinilla, o sea, Samuel Moreno Rojas, ex alcalde de Bogotá, e Iván Moreno Rojas, ex senador. Se ha esgrimido a su favor un argumento usual del que su uso y abuso frecuentes lo han desprestigiado: la persecución política; se trata de un ejemplo en que no se aprovechan, de forma adecuada, las circunstancias favorables de las que muchos compatriotas carecen.
La gestión de Alberto Carrasquilla, ministro de hacienda, es objeto de críticas entre las que se destaca “el intento de institucionalizar la mermelada mediante la usurpación de la función técnica del Departamento Nacional de Planeación” y, además, “se confirma el uso del Plan de Desarrollo para otorgar facultades legislativas al Ejecutivo que …la Constitución solo permite en circunstancias de emergencia, de carácter excepcional y de daño inminente a la sociedad, la economía, la soberanía y de la nación”: formulación de Gabriel Silva Luján compartida por los ex directores del DNP.