Diego Arango | El Nuevo Siglo
Jueves, 10 de Diciembre de 2015

Riqueza bajo las aguas

CON mucha vehemencia y alegría, el presidente Santos anunció el hallazgo del Galeón San José, una súper nave del siglo XVIII que se encargaba de recopilar riquezas de nuestras tierras americanas para llevarlas a la corona española. Los ingleses, que para aquella época se encontraban en guerra con España, atacaron al galeón en mar de Colombia, más exactamente frente a la isla de Barú y el barco se hundió, presumiblemente lleno de oro, plata, esmeraldas y otras joyas. Los cálculos que se hacen, según los registros de aquella época, es que liquidados en moneda actual podría estar entre los 5 y 10 mil millones de dólares, por la dimensión del cargamento.

Este tesoro provenía del Perú, de Panamá y de Colombia; la nave era española, los ingleses la hundieron y quedó en la plataforma continental colombiana. Así que son varios los países que reclaman la riqueza, además que una empresa norteamericana cuya actividad es la búsqueda de tesoros hundidos, que demandan el hallazgo de la nave en 1982 y de haber llegado a un arreglo con el gobierno de Belisario Betancur de recuperar el tesoro bajo la figura de mitad y mitad.

 

La empresa Sea Search Armada entabló una demanda internacional, reclamando una indemnización de 17 mil millones de dólares por parte del Estado colombiano por incumplimiento al contrato y cambio de las condiciones pactadas. Esta demanda no ha prosperado y pese a que la corte norteamericana en Washington  adjudicó el tesoro a Colombia, sigue vigente. Ellos alegan haber entregado las coordenadas exactas de la ubicación,  no es tan cierto, pues años y dinero costó al gobierno colombiano dar con el lugar exacto. Si la información hubiera sido correcta como dice Sea Search, hace mucho se hubiera rescatado.

España ya se pronunció preguntando por el tesoro y seguramente caerán los otros países, pues donde hay riqueza todo el mundo aflora, pero nadie había hecho tanto esfuerzo como Colombia para encontrar este tesoro, así que la lógica, la razón y la ley nos da como únicos y absolutos dueños del rescate.

 

Ahora lo importante es lograrlo sacar, no es nada fácil pues se encuentra a 600 metros de profundidad, donde no es posible llegar a los buzos, a no ser que sea bajo submarinos pequeños que puedan, con base a brazos mecánicos y sistemas electrónicos, cubrir la nave en enormes bolsas inflables muy resistentes y sacarlo a flote sin que se desbarate, pues son 300 años que esta embarcación de 38.9 metros de eslora está en el fondo del mar y pesando algo más de mil toneladas por su pesada carga (300 toneladas), 11 mil monedas de oro y 507 personas. La esperanza es que todo sea realidad y justifique el esfuerzo.

presidencia@teleamiga.com

*Presidente Canal Teleamiga Internacional.