Víctimas y victimarios
En los diálogos de La Habana se acordó una confrontación cara a cara entre 60 representantes de las víctimas y sus victimarios: la guerrilla. Este encuentro podrá ser de suma importancia para la salud del proceso, pues quizás se llegue a un entendimiento sobre la verdad, justicia y reparación. La idea es que las victimas puedan expresar su dolor y cuáles fueron las consecuencias de los hechos perpetrados por los guerrilleros, entre ellos asesinatos, violaciones, reclutamiento forzado a menores, secuestros, extorsiones, vacunas, desplazamientos, robo de sus tierras, ganado, dinero, cosechas y sabe Dios cuántas cosas más.
A los victimarios les quedará muy difícil justificar y dar explicación ante tanta barbarie y dolor. Quizá ellos dirán que en una guerra esto se presenta y que las consecuencias abarcan a la población civil. Tal vez sea cierto, pero es muy difícil que unos campesinos a quienes les masacraron a sus padres, o se les llevaron a la fuerza sus hijos para reclutarlos en la guerrilla, o a quienes les violaron sus hijas, hermanas o esposas frente a sus mismos ojos puedan perdonar estos hechos atroces. No obstante y conociendo el verbo y la prepotencia de los jefes de las Farc, será muy difícil que estos acepten que cometieron esos crímenes y menos que les pidan perdón, que acepten la justicia y que paguen sus culpas y aun mucho menos que brinden reparación.
Este encuentro será crucial en el proceso y el Gobierno se la juega toda en este acto, ojalá las cosas salgan bien y se logre un entendimiento entre víctimas y victimarios. Lo importante en esto ahora no es que se mezcle el concepto, pues bien es cierto que en Colombia hay víctimas de todo tipo. Víctimas de la guerrilla, de los paramilitares, de la delincuencia, de la fuerza pública y hasta de la política. Aquí todo el mundo tendría que pedir perdón, pero en el proceso que nos ocupa son las Farc, pues las mesas de negociación son con ellos y no con otros grupos armados, son las Farc quienes deben dar la cara a sus víctimas, son ellos en esta ocasión los que tienen que pedir perdón y reparar, pues son ellos los que buscan reinsertarse a la vida civil y dejar las armas. En su momento años atrás lo hicieron los paramilitares, lo hizo el M-19, el Epl y otros grupos levantados en armas y se reincorporaron, ahora es el turno de las Farc.
Si de verdad se quiere concluir con un proceso de paz sincero, donde el país pueda confiar, un proceso que les permita a los alzados en armas recomponer sus vidas y las de sus familias, como ayudar al país, deben reconocer ante las victimas sus atrocidades y pedirles perdón, así mismo ofrecerles la justa reparación. Si esto se logra el camino será expedito para un feliz término y ahí si podremos decir que el proceso de paz valió la pena y que le abrirá una nueva puerta a Colombia. De no hacerlo las Farc, el país se resentirá y en el referéndum que el Gobierno presente para someter al pueblo los acuerdos de paz, la gente podría dar su voto negativo y todo habrá sido en vano.
*Presidente Canal Teleamiga Internacional