DIEGO ARANGO* | El Nuevo Siglo
Jueves, 23 de Enero de 2014

Amar no es pecado

 

El amor es la máxima expresión del sentimiento humano. El amor es una necesidad de vida. Hablo del amor entre un hombre y una mujer, ese amor que da continuidad a la especie por medio de la procreación, o ese amor que brinda esperanza y vida. Todos los seres humanos estamos hechos para amar y ser amados, de ahí nace la familia, pues el amor lleva al matrimonio o a la unión. La diferencia entre matrimonio y unión es que el primero es el amor sacramentalizado por la gracia divina y la unión es el amor expresado en convivencia entre una pareja. En ambos llegan los hijos y el amor tiende a consolidarse en la mayoría de los casos, pero existen algunos en donde el amor va desapareciendo o va tomando otros rumbos a causa de las tentaciones.

Todo ser humano es susceptible a ser tentado por un nuevo amor, bien sea el hombre o la mujer. Es como parte de la naturaleza humana, pero es ahí donde la madurez, conciencia y firme voluntad no permiten que se forme una trilogía en el amor. Esa figura es nociva tiende a destruir los matrimonios o las uniones, cambia la perspectiva de la familia y finalmente, si prospera, arruina el plan inicial de vida entre ese hombre y mujer que decidieron algún día hacerse marido y mujer.

Desde luego que la convivencia no es fácil, se necesita un alto grado de amor para sobrellevarla con todos los defectos y virtudes propias y de la otra persona, con las situaciones cotidianas y en especial por la rutina, que producen desgaste en la larga vida matrimonial o de unión. Pero cuando el amor es firme y se cultiva, esos aspectos se pueden superar. Cuando las atracciones ajenas asoman en manera de tentación, entonces la persona debe fortalecer su carácter y evitar caer en ella. Ahí es donde debe valorar con mayor ahínco a su pareja, ver todo lo bueno que tiene y poner una y otra vez más a prueba su amor. El amor no es pecado, jamás lo será. El amor es un don de Dios, pero bien controlado y orientado hacia la persona que hemos escogido en la vida es el que nos permite transitar por el camino de la felicidad. De tal manera que si se tiene el valor de evitar aventuras que contaminan la relación, el amor es perdurable. ¡Así que aprendamos a amar!

*Presidente Canal Teleamiga Internacional.

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