DIEGO ARANGO | El Nuevo Siglo
Jueves, 24 de Octubre de 2013

NEGOCIO LUCRATIVO

El azote del contrabando

El   contrabando es una práctica ilegal que produce un tremendo daño a la economía de la nación. El mecanismo es el ingreso furtivo y engañoso de mercancías que no pagan impuestos y se venden en el mercado confundiéndolas con las que entran legalmente, dejando una enorme ganancia a los contrabandistas.

Este negocio anormal es una fuente de lavado de dinero sucio proveniente de la droga, los secuestros, robos, asaltos y todas aquellas actividades criminales que tienen azotado al país. Son frecuentes los operativos de las autoridades aduaneras en los que son descubiertos e incautados multimillonarios alijos de diferentes productos que entran subrepticiamente al país.

Según fuentes del Ministerio de Hacienda y la DIAN, el contrabando ha dejado sin trabajo a cerca de novecientas mil personas, les ha quitado a los colombianos ocho billones de pesos que se necesitan para obras, salud, vivienda, educación y demás inversiones que el Estado requiere para mejorar la calidad de vida de los colombianos.

Este sucio negocio se mueve principalmente a través de artículos de confección, zapatos, combustible, repuestos, cigarrillos, licores y electrodomésticos entre otros. Los principales países donde compran los contrabandistas son la China, Corea y Panamá. Los puertos libres son aprovechados por los matuteros para adquirir grandes cantidades de diferentes artículos, y ahora más con la avalancha masiva de productos que lanzan al mercado gigantes como la China, India, y otras potencias emergentes. El contrabando ha sido una constante en la historia de los pueblos, desde la antigüedad. Y ahora se ha incrementado por la irrupción de tantos elementos que salen de las fábricas para ser distribuidos en todo el mundo y más aún con una sociedad de consumo compulsiva para comprar lo que vea y que la publicidad se encarga de tornar indispensable.          

Una nación requiere de los impuestos para cumplir con las obligaciones presupuestales de mantenimiento e inversiones necesarias, pero en la medida que la economía ilegal penetra, carcome las finanzas públicas resta posibilidades de beneficio a los ciudadanos. El contrabando como la corrupción es un azote para el país, por eso no hay que consentirlo y para ello no se deben comprar artículos de contrabando, todo lo contrario, hay que denunciar a aquellos que se lucran de ese negocio, para que las autoridades actúen y controlen ese terrible mal que cada día crece más y más. Comprar contrabando es acabar con el país.