Quieren casa, carro y beca
El proceso de paz con las Farc es un anhelo para lograr la tranquilidad del país. Pero que se haga bajo términos de seriedad y sinceridad. Ellos soltaron sus pretensiones de obtener una circunscripción especial a dedo para veinte senadores y un tanto equivalente de representantes, diputados y concejales. Es algo así como el 20 por ciento del poder político nacional. Pero bueno, la cosa no termina ahí, esta gente también quiere que les den la personería jurídica y financiamiento del Estado para su partido político, algo que se hace con todos los partidos, pero la diferencia es que ellos han recolectado las firmas de ley y refrendado con el voto popular, las Farc lo quieren de gratis.
Adicional a lo anterior exigen un canal de televisión, un periódico y una revista todo de alcance nacional y financiado por el Estado. Bueno, todo eso sería un precio muy alto para la democracia que se fundamenta en la participación popular, mediante el voto universal. Los partidos que son expresión del pueblo se forman con base en el apoyo que reciben de los ciudadanos.
En este caso eso se sale de esos parámetros porque es una imposición decretada que no garantiza nada, pues ya se sabe que ellos continúan con los secuestros, extorsiones y boleteos. Adicional se nutren del narcotráfico y muchas otras prácticas ilegales que están tercereando. La guerrilla no es nada confiable, es una organización criminal y no política. Cuánto quisiéramos los colombianos que esta gente en un gesto patriótico dejara esas prácticas y de verdad se uniera a una causa de servicio al pueblo colombiano.
Sería un gravísimo error del Gobierno conceder esas exigencias, mientras a los partidos políticos reconocidos se les está subiendo el umbral para sobrevivir, a esta gente se les darían unas concesiones que no se las merecen y que no son convenientes para la salud política del país. Si ellos quieren todo lo que piden que se lo ganen conquistando a los votantes, que el Estado les garantice sus logros democráticos y que si quieren medios de comunicación que los consigan con esfuerzo y que se abra la misma posibilidad a todos los partidos políticos. Las Farc no son monedita de oro para tener tantos privilegios, lo contrario son repudiadas y aborrecidas por la población colombiana por ser delincuentes y criminales. Sólo es mirar las encuestas de opinión y ahí se refleja el pensamiento generalizado sobre ellos.
*Presidente Canal Teleamiga Internacional