Como están las cosas, el mundo al finalizar este siglo apunta a reducir su población a la mitad. Le preguntaron a Bill Gates fundador de Microsoft su opinión al respecto y consideró que es lo más conveniente para la humanidad; igual pregunta le hicieron a Elon Musk fundador de Tesla y SpaceX, junto con Jack Ma dueño de Alibaba un portal de comercio de los más grandes del mundo.
Gates asegura que el mejoramiento de la salud frena la sobrepoblación. La OMS tiene ese mismo criterio, por lo tanto una población reducida ofrecerá mejor calidad de vida, asegurando que el control de la natalidad se hace indispensable para contribuir a ese proceso. Contrariamente, Musk y Ma opinan que no hay problema con el crecimiento poblacional, que es conveniente para la preservación de la humanidad, de ahí que en 20 años va a producirse un colapso en la humanidad por despoblación por falta de hijos.
Pues bien, estudios muy serios apuntan que el índice de hijos por familia ha bajado drásticamente y seguirá disminuyendo. Países como Japón España, Italia, Portugal, China y otros más, a finales de siglo quedarán con menos de la mitad de sus habitantes y una población vieja mayoritariamente, por lo cual serán las máquinas y computadoras quienes trabajen para pagar las pensiones de una humanidad gerontológica, que irá disminuyendo progresivamente, perdiéndose la alegría de la niñez y juventud con peligro de extinguirse.
Es tan dramático lo que está sucediendo que con influencias sociales nocivas y antinaturales, como los movimientos anticonceptivos, pro-aborto, eutanasia, ideología de género, entre otras más, sumando a lo anterior la negativa de la juventud a reproducirse, la humanidad perderá vigor y vida.
Se piensa que la reproducción in vitro es la solución, donde la humanidad pueda crecer controladamente, es decir industrias de vida con bancos de semen y óvulos fértiles para vientres alquilados y en un futuro úteros artificiales. Esto ya existe y va creciendo su demanda. Pero como aquellos que piensan de esa forma, se están imponiendo y logrando sus objetivos, su prolongada vejez será más triste y solitaria, porque hay una ley insalvable en la vida, que uno construye su propio futuro.
No obstante, las migraciones de países pobres con alta densidad demográfica, especialmente del África, son observadas como posible solución, lo que modificaría el patrón racial de la humanidad en los próximos siglos.