Desigualdad en la vacuna anticovid | El Nuevo Siglo
Lunes, 8 de Marzo de 2021

Hace un año ante la letalidad y rápida propagación del coronavirus que ha dejado más de 2.600.000 personas muertas en el mundo, el foco de atención se centró en la necesidad de la cooperación para hacerle frente a la amenaza y desarrollar la vacuna contra el covid-19, la cual se logró en tiempo record, gracias a la colaboración.

Sin embargo, un año después vuelve la necesidad de cooperación, esta vez por defecto, pues la desigualdad frente al acceso y distribución de vacunas entre países ricos y los demás es grave problema. Los países más ricos han acaparado más de la mitad de las vacunas. Según datos del Duke Global Health Innovation Center, a 1 de marzo de 2021, se habían comprado 8.200 millones de dosis -otros 6.500 millones estarían en negociación- de las cuales 4.600 millones las adquirieron de forma anticipada 23 países, más la UE. Inclusive, algunos países de ingresos medios y medios bajos que han accedido mediante acuerdos directos no tienen suficientes vacunas para toda su población.

Se estima que a junio los países ricos vacunarían a su población, mientras los países de menores ingresos escasamente lograrían vacunar a la mitad de su población para finales de 2021. Y muchos países de bajo ingresos no tendrían una vacunación generalizada hasta 2023 o 2024, según expertos de la Universidad de Duke (ScienceNwes 2/26/21). Y a pesar de que Covax es hoy el más claro mecanismo de cooperación que busca reducir el problema de la desigualdad en la vacuna, necesita recaudar aún cerca de 15 mil millones de dólares adicionales para poder cumplir su meta de suministrar las dosis para vacunar al 20% de la población de 92 países de bajos ingreso a finales del 2021.

Así las cosas, la desigualdad en las vacunas es otra arista de la desigualdad que ha aumentado como efecto de la crisis de la pandemia. Situación que además en el corto plazo puede llevar a que se concreten propuestas como el llamado pasaporte de vacunación en estudio por la Comisión Europea, y que limitaría la circulación de personas como medida para reducir el riesgo de contagio y propagación de nuevas cepas, las cuales entre más demore la vacunación global más riesgo hay de que se generen. 

Además de reducir el riesgo de muerte y ralentizar la transmisión del virus, la vacunación generalizada es condición necesaria para la reactivación económica. Pero, la desigualdad en la vacunación es también su amenaza. Según cálculo de un equipo citado por ScienceNews “La inequidad extrema de las vacunas podría costar a la economía mundial más de 9 billones de dólares en 2021, aproximadamente la mitad de los cuales provendrían de naciones ricas.”

Ante este panorama resulta pertinente traer de nuevo la pregunta que Jeffrey Sachs (2005) planteó en su propuesta de cómo poner fin a la pobreza extrema: “¿pueden los ricos permitirse ayudar a los pobres?” Y en cuya respuesta argumentó que la pregunta correcta debe ser ¿si los ricos pueden permitirse no hacerlo? No. Pero, amanecerá y veremos.

@Fer_GuzmanR