El Gobierno Nacional sostiene la existencia de un faltante de recursos por catorce billones de pesos; dicha cifra no se ha cuestionado y es pertinente conocer cómo se determinó porque, tal vez, se justifique su reajuste; una de las fuentes para cubrirlo es aplicar el IVA a la canasta familiar, como parte de una reforma tributaria, que niega el Gobierno Nacional y la denomina “ley de financiamiento”: en todo caso, el Gobierno Nacional accedió a discutir la materia.
Puede pensarse que hay alternativas y se entiende que Salomón Kalmanovitz lo cree factible. Por ejemplo, siempre se ha dicho que, de controlarse la evasión de impuestos, sería innecesaria la reforma tributaria y tal frente puede atacarse, además, mediante mayor gravamen de renta a los colombianos más ricos, gravar los dividendos y ¿las megapensiones?, revisar los esquemas de seguridad financiados por el Estado y las exenciones. José Gregorio Hernández ataca el proyecto de reforma tributaria al considerar que afecta a “los ciudadanos de clase media y baja” y Aristóteles recomienda impulsar el primer grupo. Muestra habilidad el Gobierno Nacional al calificar como “ley de financiamiento” lo que se llamaba “reforma tributaria” y que tiende a estructurarse cada año en vez de cubrir lapsos prolongados como ocurría en el pasado.
Destacados columnistas han comenzado a señalar que el Presidente ha roto promesas formuladas en la campaña presidencial: “El Presidente Duque faltó a su palabra. Lo dijo a los cuatro vientos: no más impuestos, no mayores tarifas impositivas” y lo dice Orlando Cano Vallejo. Lo anterior indica una conducta que debe volverse práctica normal: controlar lo que dicen los hombres públicos y con mayor rigor entre más alta sea su posición.
Para finalizar se expone una inquietud personal: las huelgas estudiantiles. Se creía que los rectores de las universidades públicas habían llegado a un acuerdo temporal con el Gobierno Nacional pero los estudiantes aparentemente no lo creen así y las huelgas seguirán. Quien escribe es bachiller del Externado Nacional Camilo Torres, un colegio gubernamental, promoción de 1954. Presentó examen de admisión en las facultades de economía de las Universidades Nacional (obtuvo el primer puesto) y los Andes e ingresó a la segunda financiado el primer año por un pariente y con el compromiso de adquirir beca por el resto y así ocurrió, gracias a la ANDI, y se agradece la gestión adelantada, al respecto, por Jorge Méndez Munévar, decano en los Andes. La escogencia fue determinada por las huelgas usuales en la Nacional en 1955 y deprime pensar que el problema continúa en 2018.