De erradicación a cultivos sustitutos

Martes, 27 de Diciembre de 2022

El asunto de la erradicación del arbusto de coca en Colombia no es un tema nuevo ya que hace muchos años que los gobiernos vienen tratando de implementar programas tendientes a lograr la eliminación de esta planta, indiscutible componente para producir clorhidrato de cocaína. Ha sido una tarea compleja y supremamente enredada, por el cúmulo de aristas que en ella convergen.

Los que por azar del destino debimos conocer la problemática, sabemos que esta situación es fruto de una larga cadena, iniciada con el traslado al país de coca en pasta venida de regiones sureñas vecinas, con el fin de procesar el producto hasta base y posteriormente mediante la aplicación de ácido clorhídrico llevarla a clorhidrato de cocaína, para ser comercializada por las mafias de narcotraficantes que operan en el país.

Ante el difícil traslado de la base y el estímulo del cultivo en Colombia, se organizó un proyecto nacido de la siembra, cosecha y procesamiento en el mismo lugar de la recolección, para lo cual los grupos de narcotraficantes contrataron la preparación del lote, reclutaron hombres que faenaran y montaran laboratorios capaces de procesar la hoja a clorhidrato o en su defecto a base, buscando cómodo transporte. Este primer paso permitió que los cultivadores fueran conociendo secretos del desarrollo, lo que les permitió convertirse en cultivadores y procesadores del producto, reduciéndose los gastos y abriendo posibilidades comerciales a trabajadores del campo o aun propietarios de pequeñas parcelas, es decir un agro con futuro económico no solo para personas, sino regiones enteras que se contaminaron con la mercancía.

Pero hablemos del cultivador, un individuo que faena en el campo y entrega la hoja lista para un procedimiento. Este hombre debe trasladarse al lote y permanecer en el lugar todo el tiempo que dure el cultivo y será sostenido por los dueños del producto mediante remesas semanales de alimentos que cubren las necesidades básicas de su familia, que por lo regular viven con el jornalero en ese cultivo llamado chagra. Este hombre soluciona su día a día y, terminada la cosecha es bondadosamente reconocida, pero cuando se es dueño de la tierra con capacidad de procesamiento su ganancia es superior,

Ahora, sustituir estos cultivos demanda un musculo financiero para cubrir su diario vivir, del que venimos hablando, e identificar un producto de bajas dimensiones que permita traslado y comercialización, además de poseer flujo de dinero en efectivo que garantice toda la operación, es decir un dorado de fácil manejo, gran valor y marketing, recordemos, no tenemos vías, ni aeropuertos, solo trocha y ríos para sacar productos.

Este gobierno quiere sustituir utilizando una transición, estrategia muy riesgosa desde varios puntos de vista; lo aconsejable seria hacer pruebas en zonas totalmente demarcadas, controladas y habilitadas con recurso de toda índole como salud seguridad y comunicación.