De acuerdo con un estudio internacional, las empresas pierden cerca de 6 billones de dólares por cuenta de los delincuentes cibernéticos. Lo más grave es que el eslabón más débil sigue siendo los empleados (humanos).
El mundo de la tecnología es el mundo de las cifras y el mundo de los ciberataques. Según la empresa internacional Axur, el costo de la ciberdelincuencia en 2020 fue de alrededor de un billón de dólares y se proyecta que para 2021 la pérdida aumente a 6 billones de dólares para empresas de diversos tipos, tamaños y segmentos. El estudio sólo habló de América Latina, como para darse una idea de lo grave que es el asunto.
El problema grande son los empleados. A ver, cuando hablamos de ciberataques al instante pensamos en un hombre acuerpado detrás de un computador, tecleando como un desaforado y robando bases de datos en números binarios. Pero no. El asunto no es tan ‘peliculesco’. De hecho, detrás de estas estructuras delincuenciales están criminales nacionales e internacionales que saben apenas lo suficiente de tecnología como para robar contraseñas.
Pongamos un ejemplo diario (y sencillo). En plena jornada de trabajo, un empleado recibe un correo de una entidad gubernamental. La comunicación llega al correo personal, pero el acceso se da en el computador que proporciona la empresa. El correo pide hacer clic en un enlace, que dirige a un portal que pide datos sencillos: correo, contraseña y quizá documento de identidad.
Y así, en cuestión de 35 segundos, una red de delincuentes, insisto nacional o extranjera, tiene acceso ilimitado al computador de su empresa. Entonces ¿se imagina a qué tienen acceso? Pueden ingresar a su correo electrónico y denegarle el acceso. Pueden tener entrada a los archivos ultra confidenciales que el jefe le rogó que cuidará a toda costa.
Y viene la pregunta del millón ¿cuánto puede costar esa información? Bueno, son cientos de miles de empresas que han tenido que gastar grandes cantidades de dinero para evitar que los delincuentes utilicen esa información o que simplemente no la borren y dejen en cerros a toda la compañía. ¿Se imagina que un grupo de extorsionistas tengan a la mano el archivo de Excel de la nómina de su empresa? Otra vez, sólo para dimensionar la gravedad del asunto.
Las recomendaciones son las usuales. Tenga cuidado con los clics que hace. Mucho más si está utilizando el computador de la empresa. No se confíe de los correos que le llegan al buzón oficial de su compañía. Hasta allá también llegan los delincuentes. Ante cualquier duda, elimine. Es así de sencillo.