Quedé ingratamente sorprendido cuando los expertos económicos, al unísono, aseguraron que no se esperaban el dato más reciente de inflación de Estados Unidos.
Sorprende que en pleno 2022, los expertos económicos de la primera potencia mundial no utilicen herramientas tecnológicas para avizorar distintos escenarios económicos.
Momento, antes que los economistas, muy juiciosos ellos, salten al yugular, déjenme ampliar el punto. No estamos llamando desde esta tribuna a que se hagan predicciones económicas y muchísimo menos que se cometa el imperdonable error de hacer anuncios a partir de lo que indique una herramienta tecnológica, por más avanzada que sea.
Pero desde el punto de vista de desarrollos tecnológicos, nos han vendido durante la última década que las tecnologías emergentes tienen la potencia y capacidad para pintar escenarios creíbles o posibles. ¿Será que el sector financiero no quiere pasar por un proceso de transformación digital que incluya tecnologías duras como el Big Data y la Inteligencia Artificial?
También puede ser que nos han sobrevendido estas herramientas. Insisto, cuesta creer que a estas alturas del partido todavía nos sorprendan datos y variables del mercado bursátil mundial. ¿Es que acaso no se puede montar una plataforma en el que se puedan ingresar todos los datos y variables disponibles para que “la computadora” haga la magia y entregue perspectivas más certeras?
Atravesamos, quizá, por el momento de incertidumbre económica más grande de este corto siglo. En palabras más castizas, no tenemos ni la más remota idea de qué pasará con nuestros bolsillos en los próximos meses. Ese escenario de incertidumbre y desconfianza es el ingrediente tóxico que tiene a los mercados internacionales como un péndulo descontrolado.
Entonces ¿y las tecnologías emergentes? No sería este el momento ideal para que las empresas que se dedican a sacar grandes cantidades de conclusiones a partir de datos y variables se destaquen. Sin duda, es su momento de brillar. Sería un gran aporte, y mire lo que les digo, para toda la humanidad.
¿No sería al menos positivo que una herramienta de Inteligencia Artificial nos diera algunos escenarios factibles como la inflación o el costo del dólar y el petróleo? ¿No sería al menos posible que una herramienta de Big Data nos sacará un listado de escenarios teniendo en cuenta datos de recesiones, guerras y crisis económicas que ha vivido el planeta en otras ocasiones?
La tecnología debe ser una herramienta que le solucione problemas a la gente de a pie. No puede ser que sigamos esa espiral inútil donde los grandes avances sean un perro robotizado o unas gafas para comprar ropa sin salir de casa.
Es hora de que las tecnologías emergentes nos ayuden no digamos a predecir lo que puede pasar, digamos: ¡que nos ayuden a preparar para que el golpe de esta crisis que se viene sea menos doloroso!