Está claro que el final de año será con economía de consumo por las nubes, sin alicientes ni atractivos; la ilusionada rebaja en tasas de interés en todos los niveles de crédito se evaporó como cambio climático en los bolsillos del ciudadano del común.
En una semana el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, fue torre de control con declaraciones controvertidas. Cambio la carta de vuelo, que estaba saturada de sueños felices con alivio en billeteras.
Primero, dijo que no había riesgo para que las calificadoras internacionales de riesgo rajaran al país, en su nota de acceso al mercado de finanzas; advirtió que el aumento del IVA al 19%, no fue el causante en la desaceleración.
Atribuyó el fenómeno, a altas tasas de interés del año pasado y confió que los bancos, pueden ayudar a bajarlas, para animar consumo. “Ya pasó lo más grave”, agregó.
El sueño se diluyó al prender Cárdenas luces de alarma: anticipó que el paquete de proyectos de Ley para inversión, debatido en el Congreso, por 6 billones de pesos, significa carga costosa para la nación.
Y cerró semana ratificando que el periodo final de año, será austero al máximo, en gasto y presupuesto de inversión, porque las exigencias son muy grandes.
Siendo concretos: Si la carga en precios pesa más que los recursos, entonces los estratos medios y bajos no podrán esperar enfoque social en ofertas de crédito blando en el comercio. Las rebajas, son paños de agua tibia.
Los presagios anunciados a mitad de año, no llegó la recuperación esperada para el segundo semestre; los pronósticos y análisis de algunos expertos, ven todo, como les va en sus bolsillos.
La austeridad golpea primero en las puertas de los más necesitados. Se refleja en pago de servicios públicos y canasta de productos básicos de consumo.
No se es, de ultra-derecha, de derecha, de centro o de izquierda política, por pensar, si sería oportuno buscar algunos cambios en la economía del país, donde corran otros aires, en terrenos firmes para levantar plataformas sociales y productivas, cercanas en igualdad y calidad de vida
Así comenzó el cierre de año junto al paso del final de Gobierno. Distintos medios ciudadanos interpretan este adiós como una despedida dura en inversiones, negocios y consumo. Hay incertidumbre hacia 2018.
Los consumidores amenazados tendrán que apretarse más el cinturón, adquiriendo solo lo indispensable, mientras el sistema financiero vive lo suyo, con respiración propia.
La ciudadanía común a cargar bolsa pesada en precios, no en productos.