PÁGINAS
Si vis pacem…
Estos momentos tan difíciles con el Gobierno venezolano son propicios para dar una amplia mirada a los fundamentos de nuestra diplomacia que ha venido recibiendo, en los últimos años, golpe tras golpe, sin que se hayan producido los ajustes necesarios que respondan a la dimensión de las causas perdidas y que eviten resultados similares en el futuro. Ha sido un repliegue improvisado y nervioso más que un timonazo inteligente y certero, a la altura de nuestra historia, como se esperaba.
Contra toda evidencia y, en olvido de los principios esenciales del trato entre naciones, se apostó todo a la buena fe del régimen bolivariano. Dejamos los flancos descubiertos porque se recibían aplausos por la supuesta amistad y empatía de la canciller Holguín con el presidente Maduro, quien, desleal y arbitrario, fue preparando con meticulosidad sus acciones contra nuestros conciudadanos y contra nuestra patria. Las deportaciones inhumanas, la destrucción de casas y haberes, las declaraciones cínicas, los viajes y reuniones en el exterior, el incumplimiento de la canciller Rodríguez, los irrespetos verbales, los nuevos cierres de frontera, los comunicados de Samper, del senador Cepeda y de las Farc, responden a una artillería bien articulada que nos ha sorprendido. Además, el Gobernador de Zulia anuncia una nueva frontera que incluye a los wayuu.
Nos viene a la memoria que el Gobierno Uribe, con su Ministro de Defensa a la cabeza, defendía con ahinco el acuerdo con EE.UU. sobre bases militares, que fue firmado en octubre de 2009. Se buscaba combatir con más eficacia el terrorismo y el narcotráfico. Por supuesto, el “Cartel de los Soles”, de los generales venezolanos que se lucran del narcotráfico, puso el grito en el cielo y concitó la protesta de varios países. Desafortunadamente, la Corte Constitucional consideró que el tema correspondía a un nuevo tratado y concedió al Gobierno un año para tramitarlo en el Congreso. Seguramente, en aras de la convivencia regional el Gobierno Santos no se ocupó del tema. Olvidamos el viejo aforismo:“Si vis pacem, para Bellum”.
Con el sistema interamericano hecho añicos, nubes negras nos amenazan. Afortunadamente, todas las fuerzas democráticas rodean al presidente Santos. Ha sido la tradición en nuestro devenir republicano. Es un ambiente que debe aprovecharse a plenitud. Hay áreas que están por encima de las disputas políticas. Relaciones Exteriores, Paz, desarrollo del campo, garantías electorales, por ejemplo, deben formar parte de un acuerdo patriótico general. Es un paso tan urgente como necesario. Y de iniciativa del señor Presidente de la República, quien ha enfrentado las dificultades con altiva dignidad.
<ASTERISCOS>***
P.S.: En honor de Nereo, el fotógrafo inolvidable, asistimos a una tertulia en el Hotel Kartaxa, que tiene la singularidad de haberle dedicado sus 27 habitaciones a los personajes más destacados del mundo intelectual cartagenero, desde Daniel Lemaitre hasta Gabo. Fueron momentos de añoranza y amistad, conducidos amablemente por Gustavo Tatis y Sadia Vergara.