Soberanía a medias
“Importaciones afectan a los productores”
Ya nos habíamos referido en esta columna a la Seguridad Alimentaria como la “disponibilidad inmediata, sostenida y socialmente aceptada, de alimentos nutritivamente adecuados y seguros..." (USDA).
En esa ocasión lo hicimos para significar que carecemos de ella, bien por los efectos del bajo poder adquisitivo de la población que le impide comprarlos, aun estando disponibles, o porque al no producirse en el país, la consabida disponibilidad está sujeta a las importaciones.
Entre tanto, si la Soberanía Alimentaria, que es un nuevo término, se entiende como: "la facultad de cada pueblo para definir sus propias políticas agrarias de acuerdo a objetivos de desarrollo sostenible y de seguridad alimentaria", ese concepto conlleva la protección del mercado doméstico respecto de productos importados que sobran en otros países.
Así las cosas, y en consideración a que el Ministro de Agricultura recientemente lanzó el programa denominado "Colombia Siembra" para apoyar la producción de 100 millones de hectáreas de distintos vegetales, definiéndolo como un programa de "Soberanía Alimentaria”, suponemos que el deseo del ministro Iragorri está encaminado a impulsar la disponibilidad nacional de esos productos, así tenga que irse en contravía de las políticas dictadas por la OMC, pues se trata de una determinación abiertamente proteccionista.
De ser así, dicha política no puede ser excluyente. Sin embargo se observa la inconcebible ausencia de de productos como la leche, fundamental en la dieta diaria de los colombianos, particularmente de los niños.
La leche sobra en otros países y se vende barata en el mercado internacional, incluso a precios por debajo de los costos de producción. Y si la FAO considera que "la soberanía alimentaria incide en evitar el debilitamiento de la producción y la población agraviaría dedicada a ella", recordemos que si bien importamos al año 10,3 millones de toneladas de productos agrícolas, igualmente las importaciones de productos lácteos en Colombia durante el 2014 alcanzaron las 27.723 toneladas, que afectan a 395 mil productores, los cuales generan mano de obra directa para un millón de personas y una incalculable cantidad de empleos indirectos.
Otro estudio de la FAO ubica a Colombia dentro de los siete países a nivel mundial que conformarán la llamada ‘canasta de pan’ para el año 2050, incluida la leche en la ración diaria. ¿Qué pasa entonces que no vamos en esa misma dirección?
De esos 395 mil productores apenas 50 mil de ellos participan del acopio formal que hacen las pasteurizadoras, cifra tomada de la Unidad de Seguimiento de Precios del Ministerio de Agricultura USP, lo cual quiere decir que 345 mil se encuentran en la informalidad, la mayoría de ellos medianos y pequeños productores a la suerte de los intermediarios y seriamente golpeados por los altos costos de producción y los bajos precios de venta.